Playa de El Carmen y almadraba de Barbate
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Si usted entra en Barbate -a Barbate se va, por Barbate no se pasa- es casi seguro que el pueblo, con sus casas, sus calles, sus aceras, sus palmitos, sus escalerones que bajan de la calle Agustín Varo a ese "escampao" del Zapal convertido en aparcamiento, además de varios detalles arquitectónicos y de mobiliario discutible, no le parecerá atractivo. Cuando llegue a la playa su primera impresión cambiará radicalmente y pensará que ha llegado al "paraero" perfecto, y ya, cuando entable conversación con el barbateño, no le importará quedarse a vivir allí. "Tú eres ya barbateño" me dicen en lo de Juan José tras más de 20 años de acudir cada mes o dos meses. Servidor, que cree conocer un poco al barbateño, sufre hoy con él tras los asesinatos de los guardias en el puerto.
"Aquí tú sabes, el poblema de la droga no nos lo poemo espantá y por ahí piensan que tós somos traficantes. Son mu pocos y algunos de los jóvenes se apuntan porque ganan mushos dineros y tien poca o ninguna pena si los cazan, pero aquí la mayoría es gente digna y trabajaora." Ésta es queja tan certera como continua y me consta que este fin de semana el barbateño está avergonzado de ver a su pueblo y alguno de los suyos rebuznando en las teles, triste de que sus benditas aguas las ensucien sin ninguna vergüenza criaturas hijas del demonio y doliente con su Guardia Civil a la que los vecinos ven como merma de personal, vehículos y armamento de año en año. La precariedad la denuncian ellos, los vecinos, el alcalde... y de ella se regocijan los narcos del estrecho que vigilan los puntos de desembarco más cómodos.
De cómo evoluciona el narco en el campo de Gibraltar hay muchos estudios y hartas evidencias pero si se llega a la chulería de aparcar las "gomazas" en el puerto a ojos vistas para preservarlas del temporal es que se ha perdido del todo el respeto mínimo a las fuerzas de seguridad (barandas e incluso ministros hay que presumen de agredirlas)... y a las leyes. Notorio y popular es el abogado del Sito Miñanco (otro perito en lanchas) convenciendo al gobierno e intentándolo con el mundo de que atacar a la policía en manada sólo por ser policía es actividad decorosa. No. No hay banalidades inocentes.
No sé porqué, pero me lo imagino, a las fuerzas armadas del Estrecho se las tiene abandonadas y yo diría que incluso despreciadas por los que deciden sobre nuestra seguridad. El policía nacional o el guardia civil allí destinado pide traslado cada año -hasta un total del 40% lo consigue- para escapar de una serie de tácticas de tortura de las que la opinión pública sólo conoce cuando saltan asesinatos como el del viernes. "Pinchar ruedas, quema de vehículos, llamadas amenazantes, seguimientos descarados cuando vas con la mujer o los hijos... A todos no nos llega el traslado y aguantamos como podemos al año siguiente. Muy desmoralizados, claro está, y un niñato de éstos en una descarga gana lo que yo no gano en un mes." En Barbate no se padecía lo que padecen en La Línea o Algeciras, pero está claro que si el cáncer no se extirpa o se procura extirparlo, la metástasis es casi segura.
Lo que es seguro es que "la sangre del policía y el guardia civil seca muy rápido". Sí. Cierto. Lo dice porque lo sabe Jo., mi amigo guardia civil barbateño, y lo sabe don Marlaska, que presume de saber también muchas leyes y garantías y no sé cuántas cosas más que no remedian el desbarajuste al que ha llevado lo que tiene encomendado.
Con una enorme tristeza acompaño en el sentimiento a la familia y compañeros de David y Miguel Ángel.