Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Bolaños, que aprobó Derecho en la Complu (hazaña que a Pepiño Blanco, siendo más listo, no le fue dada en Compostela), posado en la ruina del Régimen, canturrea:
–La ley de amnistía entró impecable y constitucional en esta Cámara…
Bolaños tiene tres carteras ministeriales, entre ellas la de Justicia: si hay ministerio de Justicia, no hay independencia judicial. Bolaños se sienta, pues, en el Banco Azul: si hay Banco Azul, no hay separación de poderes. Bolaños se recibió de laboralista, pero ejerce de constitucionalista: él se cree nuestro Schmitt, el Schmitt del sanchismo, pero sólo es el gorrión de la humorada de Swift que Schmitt cita con Kant en su “Teoría de la Constitución”:
–Hay constructores de Constituciones que compensan tan cuidadosamente la organización del Estado como un arquitecto, que compensará una casa de tal manera que un gorrión posado en ella bastará a romper el equilibrio y derribar el edificio.
Me dices que ves mal el mundo. Te digo que ves el mundo. En la naturaleza, cuando los gorriones se revuelcan en la tierra, es que va a llover. Y en la prensa, cuando los progres llaman a “salvar la democracia”, es que van a hacer una guerra. La tercera (¡y última!) guerra mundial, que entusiasma a los liberalios porque se ven a sí mismos sentados ante el ordenador para comentarla en las redes. Esta vez la agraciada con la democracia caída del cielo sería... ¿Irán? En Londres, el gamberro despeinado que salió de Downing Street por corrupto cuelga ahora videos llamando a enrolarse para la guerra. Y en Wahshington tenemos, en el campo demócrata, a la amiga-turbión de Bonilla, Hillary, ay, macarena, azuzando a Sleepy Joe, que no tiene otro plan que la guerra; y en el campo republicano, a Halley, ese cometa antitrumpiano sufragado por los demócratas y “viviseccionado” por Vivek Ramaswamy, el candidato anti-woke, que en un debate de las primarias le dijo en su cara: “Dejaste tu cargo de embajadora en la Onu, nombrada por Trump, y estabas en bancarrota. Después recibiste un contrato militar y pasaste a formar parte de la junta directiva de Boeing. Ahora eres multimillonaria. Tu video de campaña parece un aviso woke de la cerveza Bud Light con Dylan Mulvaney”. Y concluyó mirando a la cámara:
–Ella es alguien que enviará a tus hijos a una guerra con tal de comprarse una mansión más grande.
Igual que el “prestigioso” New York Times era, según Tom Wolfe, un periódico católico patrocinado por judíos para chasquear a los protestantes, Halley es una republicana patrocinada por los demócratas para chasquear a los trumpianos, que no quieren guerra. A las guerras siempre han ido (Napoleón, Hitler, Bush, Aznar o Gila) los convencidos de ganarlas. Que una cosa es enterrar el Régimen del 78, como hace, seguramente sin saberlo, Bolaños, y otra cosa es destruir el mundo, aunque el mundo sea esa casa de muñecas para progres viejos que la elite epsteiniana regenta en Little St. James.
[Viernes, 2 de Febrero]