Silvela
"A España no le queda ya pulso"
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
A raíz de la publicación en la prensa de la libreta de hule de Bárcenas, el señor Mas convoca una cumbre catalana contra la corrupción.
He ahí la función democrática de la alarma.
Como los gansos del Capitolio salvaron con sus graznidos a Roma del ataque de los galos, así los periódicos salvan con su alarmismo a la democracia del ataque de la corrupción, que en España viene a ser un sobre a nombre de “JM”.
Inquietantes iniciales (tan inquietantes como la “X” garzona del Gal) ésas de “J M”, que podrían corresponder a Joaquín Moeckel, por piante, o, ya puestos, a José Mourinho, si tenemos en cuenta las obsesiones de ese corral capitolino, donde (en expresión de Sloterdijk) es el ganso que alerta de los moros el que decide qué es un moro.
Rugen los tertulianos como indignadas divas con plumas, atentas siempre a la reacción del público, pero no caerá el Gobierno: a Rajoy no le tiembla la mano. O porque, como nos alarmara Silvela, a España no le queda ya pulso, o porque ese hombre posee, como Maura, el secreto tan español de hacerse seguir, sin ser entendido, por las derechas, que es el mismo éxito que Giménez Caballero atribuía al Krausismo, la ininteligible filosofía alemana, entre la intelectualidad española de izquierdas.
Después de todo, si por los “eres” andaluces no ha caído ni un ordenanza
regional, no veo, con esa misma lógica, que por los sobres genoveses
pueda caer el Gobierno de España.
Después de todo, del peligro genovés lo dijo todo Quevedo, pero los peperos no leen a Quevedo, que leen a Paulo Coelho.
Después de todo, el señor Mas ha cogido el toro por los cuernos y convoca una cumbre catalana contra la corrupción.
Y es que, como le tengo leído a mi ensayista, la gran necrología a que
en España (país de ninguna manera más corrupto que cualquiera de sus
vecinos) puede aspirarse no va más allá de estas sobrias tres palabras:
“Después de todo”.
Todos somos lo que somos… después de todo.
[Publicado el 2 de Febrero de 2013]