lunes, 3 de mayo de 2021

Estirando


 

Hughes

Abc

La campaña del 4-M, que cabe calificar de atroz, no iba a acabar pacíficamente y hoy hemos tenido que ver un vídeo electoral de Ciudadanos que nos mostraba a Edmundo Bal corriendo.


Edmundo Bal, el autor de la distancia Bal (metro y medio), ha tocado la batería, ha ido en moto, ha llevado gorra, y ahora le tocaba correr, una actividad que tenemos asociada ya al dinamismo salutífero de los políticos. Frente al golf reposado de los americanos (oh, Donald, ¡líder del mundo libre en Mar-A-Lago!) aquí va más el jogging o running.
 

Hemos visto a Edmundo Bal trotar en mallas, mallas a una altura extraña, por debajo de las rodillas, como si fueran mallas-pirata; y trotar PAU arriba, PAU abajo… pero además le hemos visto hacer estiramientos. Ha aprovechado un árbol para estirar. ¿Por qué? ¿Por qué se han demorado en ese innecesario detalle? ¿Qué nos quería decir con eso el marketing electoral?
 

El mensaje estaba ahí. De hecho, su correr ha sido puro relleno. Su zancada, extrañísima (una zancada sui generis, la Edmundo Bal de las zancadas) cedía protagonismo, parecía sólo un mero acompañamiento al hecho fundamental de estirar. Invertía los términos: lo importante era estirar, correr era un trámite.


En ese vídeo, el hecho clave era hacer estiramientos. Se exalta, pues, la flexibilidad del candidato. Se destaca esa capacidad. No el aguante, no la rapidez. Nunca habíamos visto eso. Un vídeo en el que se presume del estiramiento, como si estuviesen seguros de que esa cualidad será apreciada especialmente por los centristas. Es un vídeo dirigido a un segmento: los runners, pero no a todos los runners, sino a lo que estiran bien, a los que estiran metódicamente. A los que saben que la flexibilidad de las fibras y miembros es un atributo fundamental.


Si Ciudadanos muriera mañana, ¿no sería poético? ¿No sería hasta bello? Acabar con un homenaje a la flexibilidad del centrista, con una apelación a los más grandes elongadores.
Es el vídeo, el acto más bello del centrismo, y más coherente. Han llevado, ahora sí, lo suyo a las últimas consecuencias. A lo físico. Nunca habríamos imaginado a Suárez estirando los abductores. Pero Bal sí, Bal ha demostrado ser un centrista perfecto, acreditado, flexible y con unas fibras en su punto. Más que un arquetipo. Un ejemplo humano vivo de centro. Con cuerpo de centro. Con aptitudes físicas de centro.


Y esto tiene que tener un efecto. No se hace un vídeo así sin más:


-Elonga, Edmundo, elonga, que se vea bien cómo andamos de fibras.