Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La mamandurria 2050 es un proyecto sugestivo de vida en común, que eso es el fascismo, y la ortegada pide un mueco.
Un mueco es un cajón con trampilla destinado a la cura y herraje de las reses, que somos nosotros, y que en la España brava se utiliza para el recorte de los cuernos al gusto del torero, que es Sánchez, torero que practica el toreo moderno, consistente en poner posturas de billar ante un torete pasado por el mueco, afeitado e indefenso. En política este toreo se llama gobernanza, o gobierno sin política.
Al gobierno de la casa, es decir, a lo no político, los griegos llamaron “oikonomia”, o agenda 2050, la que nos tiene metidos en el mueco para la cura (lobotomías y vacunas) y el herraje (un cilicio o un mandil en el anca). Se trata de abolir la política, y con ella, el conflicto, o la crispación, como dicen los liberalios, que son los mozos de cuerda en el mueco.
–La gobernanza, cuya clave está en eludir la decisión sustituyéndola por el diálogo, es la máxima expresión técnica de la neutralización de que es capaz el espíritu estatal: la neutralización de lo político y la política.
Eso dice Negro, que ve en la gobernanza mucho de la “política positiva” de Comte. La gobernanza, resume, es una ideología típicamente burocrática que quiere dar la impresión de que los políticos cuentan con los contribuyentes mientras se desentienden de ellos y de la naturaleza humana, al ver en los hombres meros recursos humanos. La idea es abolir la política mediante su completa neutralización burocrática, que es el sueño franquista de Sánchez y Casado, dos exhibicionistas de la vulgaridad social que los produce y aplaude.
En España el espíritu de gobernanza surge del miedo ante la política que se apodera de un pueblo salido de una bárbara guerra civil causada por ella, como interesadamente le han hecho creer en los cuarenta años de franquismo ontológico y en otros cuarenta años de democratismo ideológico.
–Haga como yo, no se meta en política y pase por el mueco.
[Sábado, 22 de Mayo]