viernes, 13 de septiembre de 2019

Molleras


Lido

 Jesús Fueyo

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Si tu mesilla de noche, lector, aguantó el peso de la “Fenomenología del Espíritu” de Hegel, también aguantará el peso del “Tigre Juan” de Pérez de Ayala, novela a leer, si se quiere entender la industria del manifiesto político en demanda de gobiernos de progreso. El último, suscrito por Bardem, Almudena, Sacristán y no sé si Cruz, acaba de salir del horno. Son… “el generalato de la mollera”.
    
Tigre Juan –escribe Pérez de Ayala– había ido formando para su uso particular un sistema político, el cual se reducía a una especie de dictadura ejercida sobre la plebe por los hombres más ilustrados y honestos. A este régimen de gobierno lo denominaba él: “generalato de la mollera”.
    
Los intelectuales del “generalato de la mollera” tenían un plan de regeneración de España: quitar de dictar a Primo de Rivera y ponerse a dictar ellos. ¡La generación de la cisterna! La del agua puramente aljibada, “la del reservorio frente a la hidrofobia del país”.
    
Dime con quién anduviste en Alemania y te diré quién eres.
    
Dime con qué ministro de Cultura anduviste… Así, el felipato, el zetapato o el sanchopancinato. Copiar libros pesados y firmar manifiestos feministas es su “erótica del poder”, expresión debida a una mollera extraordinaria, Jesús Fueyo, un catedrático de Derecho político que reconocía haber leído el artículo más importante sobre la “teología de la muerte de Dios” en… “Playboy”, y que estudiando a Freud dio con la desviación de Adler, según la cual la “libido” no es sexo: el sexo absoluto es el orgasmo del poder, cuya expresión calificativa es “libido dominandi”. Lo que los demás llamamos sexo es, según Fueyo, una cuestión dulce y proletaria hasta el extremo de que la palabra “proletariado” no la inventó Marx, sino Flora Tristán, con su quena feminista. Los superhombres tienen mucho más que sexo:

    –Su joder, que después de todo viene de “hacer”, es el poder.
    
Y éste es el secreto del gran “show” del Lido… en que seguimos viviendo. Pero con Sacristán de Norma Duval.