martes, 29 de diciembre de 2015

Con una guitarra, pues no cabe un piano

UN METRO CUADRADO
Vainica Doble


Un metro cuadrado
de tierra es bastante;
un metro cuadrado,
con tapia de piedra
todo él rodeado.

Que la gente sepa
que todo eso es mío
y nadie se atreva
a entrar sin permiso.
Y, dentro, un manzano,
o tal vez una parra.
Para refugiarse
en su sombra en verano
con una guitarra,
pues no cabe un piano.

Un metro cuadrado
sembrado de hierba
y en él recostarme
un poco encogida,
rozando la piedra.

Un libro en las manos
con estampas viejas
y canto dorado:
Cuentos de Calleja.

Se escucha un grillo
Oculto en la parra,
Un cri-cri que accompaña.
Su canto sencillo
Son hermano grillo
Y hermana cigarra
Sobre mi cabeza.

Se ve el cielo mío.
Todo el cielo propio,
Y poder mirarlo
Sin pedir permiso
Con un telescopio.

Y bajo mis pies
Un metro cuadrado
De mi propia tierra
Hasta el fondo adentrado,
Para que me entierren
Bajo la maleza
Junto a mi guitarra
De pie o de cabeza.