sábado, 12 de diciembre de 2015

Ike



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

En 1954 la Corte Suprema de los Estados Unidos declara inconstitucional la segregación racial en las escuelas.

En septiembre del 57, el distrito escolar de Little Rock, Arkansas, recibe la orden de la Corte Suprema de admitir a nueve estudiantes negros. El gobernador de Arkansas, Orval Faubus, anuncia por TV su decisión de prohibir la entrada a esos estudiantes y recurrir a la Guardia Nacional “para prevenir la violencia”. Al impedir la Guardia Nacional la entrada de los estudiantes a la escuela, el presidente Dwight D. Eisenhower, Ike, envía al gobernador Faubus un cable cuya almendra es el siguiente párrafo:

La única seguridad que puedo darles es que la Constitución federal será sostenida por mí con todos los recursos legales bajo mi poder.
A continuación, el presidente de los Estados Unidos puso la Guardia Nacional de Arkansas bajo mando federal y envió a Little Rock… ¡a la 101 División Aerotransportada! (la vanguardia en la guerra europea contra los nazis), cuyos paracaidistas escoltaron la entrada de los nueve estudiantes negros a la escuela.

En una socialdemocracia como la española, los Nueve de Little Rock se habrían muerto de viejos, esperando, como según Dumas se mueren nuestras liebres en los campos. Pero en la democracia representativa (¡la democracia!), el gobierno, como mandaba Hamilton, su fundador, ha de ser enérgico. Como Ike, vencedor de la guerra mundial como militar, y como presidente, “el hombre que en cuatro años construyó la red de carreteras de la Unión”, dicho por el viejo Richard Harrison, patriarca de la tienda “Gold & Silver Pawn Shop”, en “Pawn Stars”.

Me acordé de todo esto viendo discutir a Rivera con María Soraya en un “Garrafón Party” electoral sobre la enseñanza en Cataluña.

Artur Mas estará en casa riendo, al oírle a usted que en Cataluña se puede estudiar en español –dijo Rivera.

Qué no hubiera dado Faubus (¡sin referéndum ni declaración de independencia!) por ser Mas cuando lo de Little Rock.