martes, 30 de septiembre de 2014

"Tot-o-res"


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    El tabarrón catalán rompe en paripé, sobre cuyo tapete el “senyor” Mas (pronúnciese con la gracia de Gaspart cuando llamaba “senyor Amunik” a Emmanuel Amunike) hace su envite de “tot-o-res”.
    
De este “tot-o-res” derivó Madariaga, que en el fondo era un incauto, su neologismo “totorresismo” para designar el aspecto extremista de la psicología española.

    Desde un punto de vista “totorresista”, pues, el “senyor” Mas sería más español que la bata de cola, sólo que la bata de cola no es cursi, y el “senyor” Mas, sí, como todos los separatistas.

    Si el lema separatista de los vascos es “dialogar sin desfallecer”, el lema separatista de los catalanes sería “votar sin desfallecer”, con Mas dispuesto incluso a ir a la cárcel, como Pujol, que en el 60 fue llevado a una comisaría por cantar el “Cant de la Senyera”, de Maragall, cuyo centenario venía de presidir Franco con Escarré, abad de Montserrat.
    
¿A la cárcel por “totorresista”, Mas, cual un Ortega Cano o la Pantoja?
    
Conviene recordar que el relativismo moral es el pan socialdemócrata. Contra el separatismo, la República enviaba a Barcelona soldados, pero Rajoy envía abogados, con lo que por una vez cobra sentido la tautología “Estado de Derecho”, esa invención alemana, como toda la industria del Estado en Europa. (Por Gregorio Luri me entero de que Stalin pidió al filósofo Jan Sten que le explicara a Hegel, y cuando entendió que nunca entendería nada, lo mandó a fusilar.)

    En un país donde un novio puede ir a la cárcel por llamar “idiota” a su novia, Mas no corre el menor riesgo de ser enchiquerado por promover el desguace de España, cuyos actuales habitantes, según creencia aceptada por todos, nacieron con el privilegio de decidir (votando) su ruina.
    
Somos la generación decisionista y en el decisionismo estamos, otro invento alemán (importado en el 42 por el burgalés Conde para exponer su doctrina del caudillaje en “Arriba”). Falta explicárselo a los chicos de la Complutense.