Queremos ver la parte delantera
La retaguardia, pasable de momento
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Estábamos aún los cordobesistas espabilando la resaca del ascenso, cuando de repente se nos ha aparecido lo evidente. Seis partidos y últimos. Matemáticamente, los peores de Primera.
La verdad es que no necesitábamos el farolillo rojo para sabernos menesterosos. No creo necesario ponderar en demasía a los futbolistas del Valencia que nos dieron un repaso de muy señor mío, con un Parejo mágico tal como lo creyó Don Alfredo, un Alcácer inquietante al que han bendecido los dioses del gol y un Fedjhouli lanza y martillo por el ala diestra, al que no se reconoce del todo su categoría. Además crece una rara seta en los campos de Paterna, la “sinistra laterale” que se reproduce cuando llega la necesidad: Jordi Álava, Bernat, Gayá... La especie encaja espléndidamente en un guiso más que emperejilado. Buen equipo el Valencia. En Mestella parecimos juguetes en manos de niños traviesos. Allí nos fuimos dando cuenta de nuestras miserias.
Ganar al Español era tarea obligada, por parecer esta temporada el equipo periquito harto temeroso y pusilánime y de parecida calidad a la nuestra. No me gustó nada el Español. Ni siquiera Sergio García. Me huele mal y más desde que contrató al central Álvaro, un defensa que mete en aprietos al equipo que lo llama..., pero nuestro problema no es el Español, ni el Levante, Dépor, Elche o Éibar. Nuestro problema es que salimos asustados, con complejo de inferioridad, agarrotados ante un posible fallo y obsesionados con no perder el sitio. Técnicamente no pasamos el aprobado de Primera, pero la deficiencia otros la suelen suplir con casta. No es exigible la del Atlético de Madrid contra el Sevilla en una tarde que hubiera sido invencible ante cualquier club del mundo, pero agradeceríamos el espíritu del Éibar, donde un mozote como Raúl Albentosa que no era titular en Segunda B ni en el Cádiz, ni ¡¡en el San Fernando!!, es referencia testicular vasca.
De donde no hay, poco se puede sacar, y sería injusto exigir a Ferrer aquello de lo que no es responsable, pero sí que nos gustaría que futbolistas como Borja García (sí, del Madrid, pero del B, al que dicen Castilla), reserva en un equipo que ha bajado a Segunda B; Fidel, Xisco, Havenaar... espantaran la caraja y evitaran posturitas infructuosas. Lo suyo es dejarse la piel en una granja de pobres. Barrer más rápido con escoba de retama que la aspiradora del rico. Al final, es actitud que agradecemos todos. La que más, la su cuenta corriente.
La verdad es que no necesitábamos el farolillo rojo para sabernos menesterosos. No creo necesario ponderar en demasía a los futbolistas del Valencia que nos dieron un repaso de muy señor mío, con un Parejo mágico tal como lo creyó Don Alfredo, un Alcácer inquietante al que han bendecido los dioses del gol y un Fedjhouli lanza y martillo por el ala diestra, al que no se reconoce del todo su categoría. Además crece una rara seta en los campos de Paterna, la “sinistra laterale” que se reproduce cuando llega la necesidad: Jordi Álava, Bernat, Gayá... La especie encaja espléndidamente en un guiso más que emperejilado. Buen equipo el Valencia. En Mestella parecimos juguetes en manos de niños traviesos. Allí nos fuimos dando cuenta de nuestras miserias.
Ganar al Español era tarea obligada, por parecer esta temporada el equipo periquito harto temeroso y pusilánime y de parecida calidad a la nuestra. No me gustó nada el Español. Ni siquiera Sergio García. Me huele mal y más desde que contrató al central Álvaro, un defensa que mete en aprietos al equipo que lo llama..., pero nuestro problema no es el Español, ni el Levante, Dépor, Elche o Éibar. Nuestro problema es que salimos asustados, con complejo de inferioridad, agarrotados ante un posible fallo y obsesionados con no perder el sitio. Técnicamente no pasamos el aprobado de Primera, pero la deficiencia otros la suelen suplir con casta. No es exigible la del Atlético de Madrid contra el Sevilla en una tarde que hubiera sido invencible ante cualquier club del mundo, pero agradeceríamos el espíritu del Éibar, donde un mozote como Raúl Albentosa que no era titular en Segunda B ni en el Cádiz, ni ¡¡en el San Fernando!!, es referencia testicular vasca.
De donde no hay, poco se puede sacar, y sería injusto exigir a Ferrer aquello de lo que no es responsable, pero sí que nos gustaría que futbolistas como Borja García (sí, del Madrid, pero del B, al que dicen Castilla), reserva en un equipo que ha bajado a Segunda B; Fidel, Xisco, Havenaar... espantaran la caraja y evitaran posturitas infructuosas. Lo suyo es dejarse la piel en una granja de pobres. Barrer más rápido con escoba de retama que la aspiradora del rico. Al final, es actitud que agradecemos todos. La que más, la su cuenta corriente.