Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Si no fuera porque sabemos que los ingleses son muy buenos en los balones por alto, pensaríamos que la Royal ha venido a Gibraltar para llevarse a Casillas, pero todo indica que sólo está aquí para imponer su titularidad… en el Real.
Después de todo, Inglaterra sería el último enemigo histórico en sumarse a esa causa, tras Barcelona, Atlético y Arcadi Espada, un Pardeza del “mauditismo” con el don de la notoriedad de Paco Porras en una comedia (mucha originalidad en el diálogo) de Alfonso Paso.
–Hay otra cosa que los ingleses no podremos tener nunca –dijo Churchill a Alfonso Paso con un puro en la oreja–. Le dije que el Mediterráneo, ¿verdad? Pues otra más: ese endiablado Real Madrid.
Porque seguramente no tengamos con qué, pero de buena gana enviaría uno al fondo del Peñón a la fragata “Westminstter” como los argentinos, siempre tan cancheros, enviaron al fondo del Atlántico al destructor “Sheffield”, la joya de la “Task Force” malvinesca.
Agosto… ya se sabe.
En agosto del 89 un krausista madrileño que había visto a Rambo tirar cantos a un “Black Hawk” en “Acorralado” y que recolectaba menta poleo y yerbabuena en la sierra fue acusado de derribar de una pedrada en el rotor trasero a un helicóptero militar cuyo piloto le habría asustado con unas pasadas de “poquero”.
Las causas justas tienen estas cosas.
¿Es justa la causa de Diego López?
Ancelotti, de quien la progresía resaltaba (hasta las nueve de la noche del domingo) la hondura de “su cultura campesina”, ha empezado a recibir sardinas metidas en cajas de zapatos procedentes de la camorra mediática, aunque, vista toda la documentación, Diego López juega por méritos, si bien en España el mérito fue visto siempre como una martingala del fascismo, que en estos términos tenemos ahora la discusión.
Mourinho es paisano de Salazar y Ancelotti es paisano de Mussolini… Al Real ya sólo lo salvarían Lobanovsky, que no creo yo que viva, Cappa o Guardiola.