domingo, 8 de enero de 2012

Manos

Primarias de gatos

Hughes

Ya fue la presentación de la alternativa Chacón. Del acto, que era como la exhibición de la mujer araña junto al borrico y al mono de rojo, mezcla de fenómeno y agro, me ha quedado a mí la duda de aclarar la importancia del hombre (Miguel Barroso/Escamillo) tras la fémina, porque si doña Carmen va a ser la alternativa futura a la Mariana Pineda de peluquería que es Soraya y siendo éste un mundo feminista, no se puede -o se puede, pero quedando muy mal- andar atribuyendo méritos o intenciones al marido. ¿Es Barroso un consorte thatcheriano o se trata de una pareja clintoniana o kirschneriana, que nunca se sabe?

Doña Carmen presentó ayer su candidatura y repartió un poco de estopa al gobierno. Empezó con una revisión del internacionalismo izquierdista afirmando que “por ser sus abuelos de origen castellano, andaluz y aragonés se entendiera que desconfiara muy pronto de las fronteras”. Este internacionalismo le sale un poco empobrecido porque entre estas regiones no es que haya alambradas y fosos, precisamente.

Homenajeó a Zapatero con esa frase suya que al decirla no se sabe muy bien si suena a piropo o a sopapo: “El PSOE es el partido que más se parece a España” y supongo que provocaría un instante eterno de estupefacción y autopellizcos al afirmar, muy lanzada ya por la pendiente del liderazgo, que “Andalucía representa el mejor ejemplo de la fuerza transformadora de la socialdemocracia”.
Va quedando claro que doña Carme abandera el socialismo igualitario, sexualista y psicótico, que Zerolo está de su parte en la reivindicación del derechismo zapateriano (el ismo de los derechos espontáneos) y que Pajín será, junto a ella, la alternativa rubicunda al delirio impagado de la Comunidad Valenciana. Son cabezas visibles, ajenas (forzosamente ajenas) al desastre economicista del partido. Son ese tipo de personas que delegan la declaración de Hacienda, rasgo que abunda en el Psoe. El Psoe es asín: un partido en el que salvo Carmona, Salgado y Sebastián no se imagina uno a nadie haciéndose la declaración de la renta.

Son perfiles jóvenes y marchosos, frente a Rubalcaba, el hombre dual de sombra autónoma, el hombre que hace una cosa y la sombra le va haciendo otra distinta y que ahora reclama la “unidad” socialista de Bono, frente a la “unidad con acentos” de Carme, que (Zelig la ha llamado Gistau), hará como Teresa Campos, sacar el acento andaluz cuando le convenga.


Pero el día socialista de ayer dio más de sí. Elena Valenciano, la Carmen Maura de Rubalcaba, pidió “manos”, para la reconstrucción del PSOE. No ideas, ni tiempo, ni debate: manos. El socialismo necesita “de todas las manos”, ¡pero y los pies! ¡Y el socialismo de pies del señor Zarrías! Pedir sólo manos es un empobrecimiento y una limitación del ensanchamiento democrático al que había llegado. En esa petición de manos veo yo una antesala de pedir brazos, y un socialismo de braceros, que hurgue más en el andalucismo tópico de la Chacón. Manos, sí, ¿pero qué manos? ¿Las manos blancas de mimo masivo de las manis? ¿Las manos gordezuelas y lívidas de los de las sicav o las manos encallecidas del currela? Me temo que ahora mismo sólo habrá manos nerviosas, de uñas mordisqueadas, de falanges nicotinizadas de tanto parado -manumitidos a su pesar- nervioso. Manos desocupadas, ociosas, sin saber qué hacer -que las manos ociosas se desviven en el círculo vicioso de frotarse a si mismas- que van a ser convocadas a la reconstrucción manual, obrerista, menestral y boba del socialismo, que ya no pide ideas, sino manos.

Estas cosas se dicen y el auditorio, de domingo y aburrido de una liga que parece el pressing catch, se troncha en el vermú.

En Los Objetos Impares
8 de Enero

Dedo chaconero