viernes, 20 de enero de 2012

Más Garzón: De los derechos

Pavo real con cola recogida

Francisco Javier Gómez Izquierdo

En el juicio que se sigue al juez acusado de no respetar derechos fundamentales de ciudadanos ha de preocupar profundamente a los españoles en general el desprecio que hacia los mismos manifiestan más individuos e “individuas” de los que puede soportar una nación mínimamente educada. El disparate jurídico perpetrado por el juez se explica más sencillamente de lo que nos quieren hacer ver el tal Llamazares, médico por Cuba, ó la candidata Carmen, que para mayor vilipendio estudió Derecho. Veamos:

Derecho comparado: ¿en qué país de nuestro entorno -y sin mediar terrorismo- se permite intervenir las comunicaciones con abogados en los locutorios carcelarios? Cuando digo nuestro entorno no entran Cuba, Arabia Saudita ó Nigeria.

Juez de Vigilancia Penitenciaria. Es ésta una figura jurídica de la que nada se ha hablado en estos días y que da que pensar a los más avisados. El tribunal, para dictar sentencia, ha de basarse en informes periciales. En el presente caso... de informes de juristas expertos en materia penitenciaria. Háylos. El juez de Vigilancia aparece en el Título V de la Ley Orgánica y en el art. 76 se dice que “...salvaguardará los derechos de los internos”. Un juez de Vigilancia sabe que en la cárcel manda el Director y no la policía y el encargado de dar el visto bueno a la intervención de comunicaciones a los terroristas es él: Su Señoría el Señor Juez de Vigilancia... y Su Señoría autoriza al Director con un papel del Juzgado de Vigilancia a que proceda a la intervención. En cada cárcel también hay empleados media docena de juristas que obviamente conocen el Derecho Penitenciario. En el presente caso pudiera ser que los juristas de Instituciones Penitenciarias padecieran de miedo insuperable, obediencia debida o... lo más probable, ignoraran la actuación de Don Baltasar.

Muchos jueces de Vigilancia prosperan y llegan a las más altas instancias de la Judicatura. No conozco el currículum de los magistrados del Supremo, pero si alguno de ellos ha sido anteriormente Juez de Vigilancia, al señor Garzón no lo libra ni la Caridad.