viernes, 8 de julio de 2011

Neymar


Francisco Javier Gómez Izquierdo

No se sabe si vendrá Neymar, pero como se malicia Zidane, nuevo ejecutivo de alto standing, el futbolista de moda es Robinho con más gol. Las primeras noticias que tuvo Europa sobre Neymar salieron al final de los telediarios. Siendo aún un mocoso se emperró en lanzar un penalty que le habían hecho. El míster y varios jugadores se lo impidieron y su reacción fue despreciar a los compañeros y al entrenador. Cogía el balón, se iba a la banda, regateaba para atrás hasta perderlo y no pasó la bola a nadie en lo que quedó de partido. Luego nos han puesto sus goles y sus regates y las dos materias nos recuerdan a Robinho. Luego está su aspecto... mucho mas inquietante que el que gastaba Robinho.

Para un servidor, Neymar es un gallo peligroso que nunca metería en mi corral. Si llega y se consigue que sea aplicado y obediente, puede convertirse en jugador de referencia mundial, pero las trazas que se le ven no son de fíar. Además de las trazas, tiene el problema de la nacionalidad. Futbolista brasileño con fama de fiestero, si no la da a la entrada, la da a la salida. Tener al lado a Cristiano o a Messi no parece cuadrar con su carácter de diosecillo, y sus arrebatos pueden alegrar muchas portadas y llenar de disgustos el vestuario en que caiga.

Ni el Madrid ni el Barça lo necesitan. No van a jugar mejor con él en el once y es demasiado caro, teniendo en cuenta la alta posibilidad de comprar un problema. No crean ustedes que me parece mal futbolista. Al contrario. Mete un gol a Perú de juvenil que es la rúbrica de una estrella. Tiene un regate eléctrico y si no amanece con el día chupón mete balones al primer toque que son medio goles... pero le veo tendencia al egoísmo y a lucirse como el niño chulito del barrio se campanea ante las jovencitas bailando bakalao en el parque.

A pesar de que el muchacho dice que quiere seguir en el Santos, cada día da más la sensación de que está destinado a ser magnificado por la prensa afín a uno de los dos equipos que en España son... y a ser vilipendiado por la prensa amiga del otro.

Con todo, la verdad es que tiene una clase de campeonato.