lunes, 25 de julio de 2011

"Mourinho es el p... jefe, el p... amo"



Ignacio Ruiz Quintano

Abc

Venía uno de ver a Lou Marini & Red House, que en una ciudad tomada por los “morlocks” de Indignación Española, S. A. me parecía el mejor modo de hacer tiempo para el partido del Madrid en Filadelfia, a las tres de la mañana, la hora en que se acostumbra oír los tres golpes que da la vara de San José en la puerta de los agonizantes. A los diez minutos de juego, Özil, el elfo del escandaloso cigarrillo marinero, marcó el segundo gol, y me dormí. Luego vi que no me había perdido nada, porque el Madrid está en pleno período de instrucción, y los reclutas interesantes, o están lastimados, o no han llegado.

¿Neymar o el Kun?

Comercialmente, el indicado es Neymar, aunque lo va a tener que convencer Ronaldo. No de que no vaya al Barcelona, sino de que se deje caer ya en Madrid. ¿Qué iba a hacer Neymar en Barcelona?

–¡Qué lástima! ¡Tan joven y ya catalana! –fue la respuesta que recibió de su mamá el pintor mexicano Juan Soriano cuando le presentaba a una amiga (“se llama Paloma y es catalana”), hija de exiliados.

La madre estaba casada con un hombre que, cuando agonizaba, pasando de cualquier cohecho impropio pasivo, se mandó hacer seis trajes nuevos, y repetía: “¡Quiero ver otro amanecer!”

Todos los domingos –dice Soriano– mi papá le daba una golpiza a mi madre... Cuando lo enterramos, nos equivocamos de muerto. Y a Octavio Paz y a mí, que éramos responsables de esa confusión, nos dio entonces un verdadero ataque de risa y de llanto.

La necesidad mediática de Neymar es tal que, si al final no viniera en agosto, habría que inventarlo, y ahí es donde todos queremos ver a Mourinho, elevado por Florentino Pérez a la categoría que en el Bernabéu le reconociera en abril el templado y culto Guardiola (ha leído “Bella del Señor”), aunque fuera para sacudirse los nervios de aquella eliminatoria europea del señor Stark:

En esta casa, Mou es el puto jefe, el puto amo

O sea, el mánager, para mosqueo de las musas viudas de Valdano, que le van a estar midiendo con estetoscopio los fichajes: que si Sahin renquea de la rodilla, que si Altintop no dobla la espalda…

Con el Kun en rebeldía (palabra que, desde que no hay “mili”, ha perdido peso) y con Neymar queriendo ver otro amanecer en Sao Paulo, Mou tendrá que sacar un conejo para echar de comer a los medios, que desde que Mou ejerce de mánager no tienen ni un burdo rumor que llevarse a la boca, y por ahí puede venirle mucha leña...

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CALLEJÓN CON SALIDAS

Callejón ha demostrado en los Estados Unidos que, a derecha y a izquierda, es un comodín con muchas salidas, en contra de lo que podían indicarnos su modesta procedencia y su peinado de reminiscencia poligonera con ínfulas de Marge Simpson.
Lo del peinado se arreglará en cuanto asome por Chamartín la cresta mohicana de Neymar. Y lo de la modestia dependerá de su competencia con Di María: si gana al argentino, nadie nos asegura que no le oigamos en verano pedir un aumento de sueldo.

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