-Ese mismo día Mola emite un bando desde Pamplona en el que declara el estado de guerra, anula todos los permisos de armas y establece Tribunales de Urgencia para todos los casos no militares, que impondrán el grado máximo posible para todas las penas... La primera víctima civil llega a las tres de la tarde. Un obrero, cerca de Correos, se cruzó con una camioneta de albiñanistas y tuvo el valor de gritarles «¡Viva la República!» después de haber sido insultado como «cabrón socialista». Unas horas más tarde, el falangista muere tiroteado por la guardia civil. Bajaba el puerto de La Mazorra y confundieron su bandera de Falange con la de CNT, ambas rojinegras. En Pancorbo, donde miembros del Frente Popular se habían atrincherado en el Ayuntamiento, muere en un intento de asalto el falangista Máximo NebredaJulio Sáez de la Hoya, al que la propaganda rebelde considera rápidamente el primer caído en combate... El día 20 muere José Sanjurjo, que tenía previsto aterrizar en el aeródromo de Gamonal procedente de Lisboa. El levantamiento militar podría haber quedado momentáneamente descabezado, pero rápidamente Mola asume el mando y es él quien aterriza en Burgos a la mañana siguiente, y llega aclamado a Capitanía tras un «recibimiento apoteósico» según las nada imparciales crónicas de la época. Mola llegó a una ciudad donde todavía existía la Plaza de la República (hoy Cid Campeador), pero que rápidamente cambió la placa de la calle Pablo Iglesias por la de Calvo Sotelo. A partir de ese momento, Burgos se convierte en capital de un bando, entre otros factores por su equidistancia de los frentes de Madrid y del Norte...
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