RISAS
-El simple hecho de reír o de sonreír exponía al monje al estacazo y nadie quería recibirlo de Schnoudi, pues éste apaleaba a veces a los monjes "hasta el extremo d hacerles rodar por tierra como si fueran a morir".
LOS HOMBRES EBRIOS DE DIOS / J. LACARRIÈRE
Ignacio Ruiz Quintano
-El simple hecho de reír o de sonreír exponía al monje al estacazo y nadie quería recibirlo de Schnoudi, pues éste apaleaba a veces a los monjes "hasta el extremo d hacerles rodar por tierra como si fueran a morir".
LOS HOMBRES EBRIOS DE DIOS / J. LACARRIÈRE
Ignacio Ruiz Quintano