José Ramón Márquez
¿Pero los que llevan a El Cid son simples o qué? ¿Qué pasa con el anticipo de los carteles para Madrid? ¿Será verdad? Aquí nos debatimos en un mar de dudas. Primero la ilusión, que parecía una broma, pero que era un sueño, cuando en Toro, Torero y Afición publican unos carteles de pega en los que le habían puesto con Baltasar Ibán, José Escolar y Prieto de Cal. ¡Ahí es nada! Y luego el jarro, qué digo el jarro, el chorro de agua helada al ver que los Contreras de Ibán se convierten en los juampedros de El Ventorrillo; los Albaserrada de Escolar, se transmutan en los juampedros de Las Ramblas; y los Veraguas de Prieto de la Cal, mutan en los devaluados atanasios de El Puerto de San Lorenzo, que hace muchos años fue una ganadería estimable y hoy es una burla. Más de lo mismo.
Porque lo demás, hombre, pues qué quieren que les diga. Que los Cuvis son para Morante, pues claro que sí, que si no, no fluye el arte; que los Cuvis son para Manzanares, pues claro que sí, que si no, no mana la estética; que los Cuvis son para Teruel, pues claro que sí, que si no, no asoma la finura. Y así todos, que lees los avances y te entra la pena mora -y no me refiero al Mora, pequeño saltamontes del Shao-lin de Las Ventas, que en mayo él tendrá la suya propia-, sino a la pena y el tedio que da leer lo de siempre: Garcigrande, Sorando, Ventorrillo, Palmosilla, Valdefresno, Montecillo, Las Ramblas, Juan Pedro o Vellosino, que eso más que los carteles de una feria parece la reseña de una redada en los bajos fondos.
Teníamos y tenemos la ilusión por que se iniciase un movimiento de regeneración basado en el toro, auténtico rey de la fiesta, pero la empresa de Madrid, un año más, nos trae la misma basura de los últimos años, riéndose a carcajadas de la afición presa del abono cautivo, a la que pretenden conformar con esa especie de reserva india etiquetada como ‘semana torista’. ¿Y si esos son los toros, entonces los de las otras semanas qué son?
El caso es que no están aún acabados de cerrar los carteles del pool de ferias de mayo y junio y ya está uno deseando que se terminen de una maldita vez para poder volver a las corridas de los domingos. Ya sólo queda el consuelo de que cuanto antes se pase el tiempo, antes se irán los empresarios. ¡Que se vayan pronto los Choperón, por favor!
¿Pero los que llevan a El Cid son simples o qué? ¿Qué pasa con el anticipo de los carteles para Madrid? ¿Será verdad? Aquí nos debatimos en un mar de dudas. Primero la ilusión, que parecía una broma, pero que era un sueño, cuando en Toro, Torero y Afición publican unos carteles de pega en los que le habían puesto con Baltasar Ibán, José Escolar y Prieto de Cal. ¡Ahí es nada! Y luego el jarro, qué digo el jarro, el chorro de agua helada al ver que los Contreras de Ibán se convierten en los juampedros de El Ventorrillo; los Albaserrada de Escolar, se transmutan en los juampedros de Las Ramblas; y los Veraguas de Prieto de la Cal, mutan en los devaluados atanasios de El Puerto de San Lorenzo, que hace muchos años fue una ganadería estimable y hoy es una burla. Más de lo mismo.
Porque lo demás, hombre, pues qué quieren que les diga. Que los Cuvis son para Morante, pues claro que sí, que si no, no fluye el arte; que los Cuvis son para Manzanares, pues claro que sí, que si no, no mana la estética; que los Cuvis son para Teruel, pues claro que sí, que si no, no asoma la finura. Y así todos, que lees los avances y te entra la pena mora -y no me refiero al Mora, pequeño saltamontes del Shao-lin de Las Ventas, que en mayo él tendrá la suya propia-, sino a la pena y el tedio que da leer lo de siempre: Garcigrande, Sorando, Ventorrillo, Palmosilla, Valdefresno, Montecillo, Las Ramblas, Juan Pedro o Vellosino, que eso más que los carteles de una feria parece la reseña de una redada en los bajos fondos.
Teníamos y tenemos la ilusión por que se iniciase un movimiento de regeneración basado en el toro, auténtico rey de la fiesta, pero la empresa de Madrid, un año más, nos trae la misma basura de los últimos años, riéndose a carcajadas de la afición presa del abono cautivo, a la que pretenden conformar con esa especie de reserva india etiquetada como ‘semana torista’. ¿Y si esos son los toros, entonces los de las otras semanas qué son?
El caso es que no están aún acabados de cerrar los carteles del pool de ferias de mayo y junio y ya está uno deseando que se terminen de una maldita vez para poder volver a las corridas de los domingos. Ya sólo queda el consuelo de que cuanto antes se pase el tiempo, antes se irán los empresarios. ¡Que se vayan pronto los Choperón, por favor!