José Ramón Márquez
En realidad lo que queremos decir muchos aficionados sobre esta absurda polémica de la Cultura o el Interior es que a nosotros nos da igual que los toros dependan de los grises funcionarios de la Cultura o de los grises funcionarios del Interior. Los toros deberían depender del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (ONLAE). Me explico:
En un bombo los toreros, en otro bombo las ganaderías, y que Dios reparta suerte por esas ferias, y a ver cuántos de los siete enanitos que se sentaron ayer con Rubalcaba, incluido el golfista portavoz, aguantaban el tirón.
En realidad lo que queremos decir muchos aficionados sobre esta absurda polémica de la Cultura o el Interior es que a nosotros nos da igual que los toros dependan de los grises funcionarios de la Cultura o de los grises funcionarios del Interior. Los toros deberían depender del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (ONLAE). Me explico:
En un bombo los toreros, en otro bombo las ganaderías, y que Dios reparta suerte por esas ferias, y a ver cuántos de los siete enanitos que se sentaron ayer con Rubalcaba, incluido el golfista portavoz, aguantaban el tirón.