EL PRECIO
Matinales neblinas, tardes rojas,
doradas; noches fulgurantes,
y la llama, la nieve;
canto del cuco, aullar de perros,
silente luna, grillos, construcciones de escarcha;
el traqueteo del tren, del carro, niños,
amapolas, acianos y desnudos árboles de invierno entre la niebla,
los ojos y las manos de los hombres,
el amor y la dulzura de los muslos,
de un cabello de plata, o de color de caoba;
historias y relatos, pinturas y una talola.
Todo esto hay que pagarlo con la muerte.
Quizá no sea tan caro.
José Jiménez Lozano