miércoles, 31 de marzo de 2021

Hay que creer


Ábalos, feminista

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Mi ministro favorito, Ábalos, ha sancionado el principio de veracidad femenina: “Hay que creer a la mujer”. Aunque es en su partido donde se decide quién es mujer. No es lo mismo Ayuso que Rociíto. Ábalos cree a Rociíto, que debe de parecerle una estrella de los salones como Madame de Staël.
    

Ábalos, pues, está en la creencia de la mujer, y como torrentino abrazado a la autoridad (“el abismo se abre detrás de estos hombres que pasan a ser autoridad y, en cuanto reculan, caen en él”) no tolera ni un punto de desconfianza, un “arrière-pensée”.


    –Madame, no me gusta que las mujeres se mezclen en política –dijo Bonaparte (“muy tieso delante de ella, como el más tieso de los generales alemanes”) a una francesa famosa por su belleza y por su ingenio.
    

Tenéis razón, general –contestó ella–, pero en un país donde se les corta la cabeza, parece natural que quieran saber por qué.
    

Ábalos, desde luego, tiene menos de Bonaparte que de cervecero Santerre, conseguidor en el Faubourg Saint Antoine y encargado de escoltar al Capeto en su recorrido hasta la guillotina. Como buen orteguiano (se nota que devoró a Ortega en su Torrente natal), Ábalos distingue entre idea, lo que se tiene, y creencia, donde se está. Él está en la creencia de la mujer que dice, como dice la fidedigna Calvo de Cabra, que “el español está lleno de anglicanismos”, que no es ninguna tontería.
    

Madame de Staël se hace cruces ante la ley de los seis artículos que fijaba la doctrina de la iglesia de Inglaterra que había que aceptar: presencia real, comunión bajo una especie, inviolabilidad de los votos monásticos, utilidad de las misas particulares, celibato del clero y necesidad de la confesión.
    

Quien no admitía el primer punto era quemado como hereje, y el que no aceptaba los demás, decapitado como felón.
    

Para que se vea de dónde sale la actual legislación de género (y los elogios mediáticos, que ya comparaban a Enrique VIII con Sansón por su fuerza, a Salomón por su prudencia y a Abasalón por su belleza).

[Miércoles, 24 de Marzo]