Amarradero de bicis a la puerta de Felipe Varela
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La HBO se anuncia con su “Juego de Tronos” (que es nuestro “Bienvenido Mr. Marshall”) en Sevilla, donde ya Tom Cruise rodó unos sanfermines (“Noche y día”) en un birlibirloque geográfico que ahora sirve de base al birlibirloque federalista de esos dependientes del PSOE que se postulan para jefes de planta.
Cien millones de euros y cuatro mil empleos (parados vestidos de extras) derramarán sobre la ciudad estos americanos, y eso que en el Ayuntamiento dicen que han cedido de balde el Alcázar, como si el alcalde Zoido fuera la peletera Benarroch, que cede su casa de Marbella para un rodaje de Almodóvar, con Bosé de Romero Murube (al que hoy, por cierto, sólo lee Hughes) de “La Huerta”, el jardín benarroché.
A este “Juego de Tronos” municipal se ha sumado Ana Botella en Madrid con la instalación (muy Tono Martínez, su Monedero cultural) de un amarradero de bicicletas en la puerta de Felipe Varela, el modista de la Reina, en la calle de José Ortega y Gasset, antes Lista, donde reinara, mítico, Marbel, nuestro discípulo de Paul Poiret (“J’ai un petit espagnol avec moi qui me surpasse”).
Por si no hubo bastante fervorín republicano con aquel bando de la proclamación, que era una piñata de anacolutos y solecismos de la peor gramática socialdemócrata, ahora, aprovechando la campaña de taiwanización completa de la capital de España, ¿se busca que la Reina vaya en bicicleta a vestirse? ¿Pero qué va a dejar la derecha del Ayuntamiento para la Revolución Pendiente de ese par de pícaros (Siglo de Oro en la Milla de Oro) que son Iglesias y Monedero? ¿Y por qué un amarradero de bicicletas de BiciMad y no un puesto de melones de Villaconejos?
–Curro, en esa venta se tiene que comer bien –le dicen a Curro Fetén, pasando por Burgos de vuelta de una feria–. Hay muchos camiones en la puerta.
–Desengáñate –contesta él–. Donde se come bien es donde hay muchos Mercedes.
A Felipe Varela le han puesto en la puerta muchas bicicletas.