Cada día más ruborizados, fragantes en sus colgajeras
Se vira lentamente la hoja del caimito
Estalla y cae una güira
Al final recibí el castigo de nuestra madre Eva:
una serpiente me rozó y caí al pie del árbol
(Mercedes Santa Cruz y Cárdenas, condesa de Merlín, al príncipe Federico de Prusia)
*Emilio Ballagas