Francisco Javier Gómez Izquierdo
Dos días después de los trece votos europeos, de los que seis fueron españoles, me contaron que los miembros del Jurado para elegir la ciudad cultural del 2016 preguntaron a la representación cordobesa... por los gitanos.
Al parecer, el tono fue más bien inquisitorial, y la señora Juana Martín, que es de la raza, tuvo cierta incomodidad ante la pretensión de los miembros, “y miembras”, de la cosa por que se declarara perseguida por una Córdoba racista.
El Diario de Burgos explica el interés de los nombrados por el Ministerio de Cultura para el interrogatorio a los de origen sospechoso... por las fechorías de Franco en la ciudad que fue conocida como capital de la Cruzada, en vez del “Caput Castellae” que tiene escrito en su escudo.
A mí esta cuadrilla a la que llaman Jurado no me la dan. No me engañan por nada del mundo. No paso de ser un mal aficionado a los hombres ilustres, pero empiezo a creer que los que manejan la Cultura no han leído El Collar de la Paloma, pongamos por caso, ó no se les ha ocurrido buscar a Gil de Siloé en el silencio de la Cartuja de Miraflores. Los que dirigen la Cultura parecen haberse quedado en Quilapayún y Jorge Cafrune... y todo se les va en la cara A de la Memoria Histórica y promocionar ruinosas terapias para ciudadanos... pongamos que de comportamiento difícil y un tanto cerril.
Lo que de verdad come la moral al pueblo indefenso es seguir uncido a la posguerra (esa vaca de leche inagotable) y que le obliguen a permanecer con la mirada fija en Franco, El Lute -que era quinqui y no gitano- y el tricornio de la Guardia Civil. Un terapeuta cultural vigilará el atrevimiento de sonreír al guardia y no insultar a Franco... Le catalogará de fascista, le acusará de impiedad y le degollará los derechos. El ejemplo cultural para el pueblo indefenso siempre será El Lute... De robagallinas a abogado.
¿Acabó Derecho El Lute?
Dos días después de los trece votos europeos, de los que seis fueron españoles, me contaron que los miembros del Jurado para elegir la ciudad cultural del 2016 preguntaron a la representación cordobesa... por los gitanos.
Al parecer, el tono fue más bien inquisitorial, y la señora Juana Martín, que es de la raza, tuvo cierta incomodidad ante la pretensión de los miembros, “y miembras”, de la cosa por que se declarara perseguida por una Córdoba racista.
El Diario de Burgos explica el interés de los nombrados por el Ministerio de Cultura para el interrogatorio a los de origen sospechoso... por las fechorías de Franco en la ciudad que fue conocida como capital de la Cruzada, en vez del “Caput Castellae” que tiene escrito en su escudo.
A mí esta cuadrilla a la que llaman Jurado no me la dan. No me engañan por nada del mundo. No paso de ser un mal aficionado a los hombres ilustres, pero empiezo a creer que los que manejan la Cultura no han leído El Collar de la Paloma, pongamos por caso, ó no se les ha ocurrido buscar a Gil de Siloé en el silencio de la Cartuja de Miraflores. Los que dirigen la Cultura parecen haberse quedado en Quilapayún y Jorge Cafrune... y todo se les va en la cara A de la Memoria Histórica y promocionar ruinosas terapias para ciudadanos... pongamos que de comportamiento difícil y un tanto cerril.
Lo que de verdad come la moral al pueblo indefenso es seguir uncido a la posguerra (esa vaca de leche inagotable) y que le obliguen a permanecer con la mirada fija en Franco, El Lute -que era quinqui y no gitano- y el tricornio de la Guardia Civil. Un terapeuta cultural vigilará el atrevimiento de sonreír al guardia y no insultar a Franco... Le catalogará de fascista, le acusará de impiedad y le degollará los derechos. El ejemplo cultural para el pueblo indefenso siempre será El Lute... De robagallinas a abogado.
¿Acabó Derecho El Lute?