DOS CLASES DE ROMANOS
-Quo vadis ha demostrado lo que ya sospechaba, que hay dos clases antagónicas de romanos. Los del cine y los de la televisión. Los primeros, los de Hollywood, son mucho más altos, guapos, divertidos, épicos, fantásticos y espectaculares. Los romanos de la televisión, por el contrario, son tipos cotidianos, repletos de problema psicológicos, nada grandioso, que se peinan sin flequillo a lo Marlon Brando y aprovechan torpemente su paso por el tubo casero para reflexionar sobre el poder, el existencialismo, la locura, la ética y otras trascendencias académicas.
PASIONES CATÓDICAS / JUAN CUETO
Ignacio Ruiz Quintano
-Quo vadis ha demostrado lo que ya sospechaba, que hay dos clases antagónicas de romanos. Los del cine y los de la televisión. Los primeros, los de Hollywood, son mucho más altos, guapos, divertidos, épicos, fantásticos y espectaculares. Los romanos de la televisión, por el contrario, son tipos cotidianos, repletos de problema psicológicos, nada grandioso, que se peinan sin flequillo a lo Marlon Brando y aprovechan torpemente su paso por el tubo casero para reflexionar sobre el poder, el existencialismo, la locura, la ética y otras trascendencias académicas.
PASIONES CATÓDICAS / JUAN CUETO
Ignacio Ruiz Quintano