miércoles, 16 de marzo de 2011

Psicología y psicólogos


Francisco Javier Gómez Izquierdo

-¿Es provechosa la Psicología?

-Tan provechosa como la Toxicología. Una herramienta que bien utilizada produce mucho bien y agradecidos reconocimientos.

-¿Y los psicólogos son de fiar?

-Tan de fiar como los venenos. Los hay beneficiosos, pero la mayoría son harto dañinos.
Parece ser que una jefaza de Barcelona presume de ser psicóloga sin ninguna vergüenza, y la prensa afea sus ínfulas como si ser psicóloga diera calidad a la persona y no sirviera de prevención a las amistades y conocidos. La Psicología mal estudiada y peor entendida, como ocurre con algunos de los que viven de ella, lleva haciendo un daño irreparable, desde que el laicismo sustituyó a los curas por gente sin oficio ni habilidades a los que buscar ocupación. Entre los de mi entorno se maneja una estadística de la que no se hace eco ese periodismo que cuenta las mujeres asesinadas y los fumadores muertos con aplicación y sin descanso. Dice la misma que cada día se suicidan diez personas en España. Ocho hombres y dos mujeres. De esos diez muertos diarios, al menos siete han visitado un psicólogo...

-¿Quiere usted decir que los psicólogos matan?

-No, lo que quiero decir es que los psicólogos no curan, que se les mueren más que a los oncólogos y que tienen una metodología disparatada. En un juicio, un informe psicológico puede subir o bajar la condena de un delincuente tres o cuatro años sin la menor base científica. Un simple ejemplo que ha creado jurisprudencia es aleccionador: “...si metes 24 puñaladas es enseñamiento, pero si 25 es enajenación mental y tienes menos pena. Si apuñalas, métele 50.” El número de puñaladas lo cito de memoria, pero los delincuentes tienen claro cómo quitarse pena gracias a la sabiduría de los psicólogos. En Andalucía, patria europea del fracaso escolar y de la abulia estudiantil, si un colegio quiere alcanzar categoría y aumentar la dotación pecuniaria de la Consejería de Educación, precisa contratar a un psicólogo. No voy a explicar lo que precisa el psicólogo, además de la titulación, para ser contratado...
Que los alumnos aprendan es secundario, a la par que intrascendente.