miércoles, 16 de marzo de 2011

La "migrain" de Gerry Mortier

Aletazo de Gerry

José Ramón Márquez

Al pobre Gerry le querían chafar la fiesta. El viernes pasado van los de El País y publican toda la programación de Gerry, cuando él lo tenía preparado todo para ayer y hasta se había comprado una camisa rosa a juego con el decorado que se puso para derramar sus más encantadoras confidencias a los medios.

De lo que anunció no podemos decir que hubiese apenas sorpresa, porque ya se había encargado la entrañable ‘Bola’ de reventar la posible sorpresa. Llama la atención que incluso con Gerry, tan ufano él y tan vanguardias, aparezcan cansinamente en las ruedas de prensa los mismos nombres de siempre: Lorca, el pobre que vale lo mismo para el flamenco, que para la ópera, que para el circo; Plácido, que ahí está para lo que haga falta; ‘La clemenza di Tito’, que ya se programó hace un par de temporadas con Alexandrina Pendatschaska como Vitellia o "Pelleas et Mellisande en versión de Bob Wilson, que con éste nos pasó una cosa muy graciosa en San Sebastián que la contaremos otro día.

Pero lo que más me ha gustado es lo de Marina Abramovic, el estreno mundial de ‘The life and death of Marina Abramovic”, porque yo a esta mujer la conocí hace la torta de años cuando era artista de ‘performances’. Siempre recuerdo cómo me impresionó, y aún me sigue impresionando, por el aguante que tenía, una espectacular performance de aquellas en la que ella, sentada frente a su entonces socio llamado Ulay, se dedicaban a atizarse alternativamente una bofetada tú, otra bofetada yo durante veinte minutos, que daba grima ver los lagrimones que se les caían al final de la cinta de las leches que se pegaban, porque la cosa empezaba suave pero luego se les iba calentando la mano que no veas. Cosas del arte.

Estos artistas eran pareja, se dedicaban principalmente al tema del body art y terminaron su relación artística y personal tras otra de sus performances que consistía en recorrerse a pinrel la muralla china, que eso acaba con cualquier relación, me imagino. Coincidimos en Madrid en los ochenta por cosas del trabajo. Ella padecía fortísimas migrañas y me enseñó esa palabra en inglés: ‘migrain’.