domingo, 6 de febrero de 2011

"Iba a escribir una novela contra el islamismo, pero se me han quitado las ganas"



PEDRO GÁLVEZ
Escritor


Alfredo Valenzuela
Abc de Sevilla

Nieto del legendario escritor bohemio Pedro Luis de Gálvez, Pedro Gálvez, malagueño de 70 años que vivió el exilio, sufrió un intento de asesinato el 10 de enero en Múnich, cuando un desconocido le apuñaló en el vientre, el cuello y la espalda. Desde entonces, permanece en paradero desconocido

¿Alguna vez pensó que alguien quisiera acabar con su vida?

No, jamás pensé que alguien quisiera asesinarme, ni siquiera cuando salí huyendo de la RDA. Lo gracioso de entonces, en el Campo Central de refugiados de Giessen, donde fui a parar a principios de 1971, es que el director del campo trabajaba para la Seguridad del Estado de la RDA. Me enteré hace poco.

¿Y que tuviera una muerte violenta, como su abuelo, del que por cierto tiene usted su mismo nombre y profesión?

Jamás he pensado en la muerte.

¿La policía sigue sin pistas sobre su agresor o sobre el móvil?

No debo alertar al asesino y entorpecer el trabajo de la policía hablando de esto.

¿En qué cambiará su vida a partir de ahora?

En lo único que cambiará es en que ya no me encuentro en Munich, sino en paradero desconocido.

¿Siente más miedo que antes?

No tengo miedo en absoluto, aunque no sé si lo sentiría de seguir viviendo en Munich.

¿Qué le pasó por la cabeza mientras era apuñalado?

No me pasó absolutamente nada por la cabeza. Reaccioné fríamente para esquivar las cuchilladas al vientre.

¿Le quedarán secuelas?

No creo que me queden secuelas. Suelo recuperarme muy bien.

¿Ha cambiado esto sus planes literarios, su plan de trabajo?

Tan sólo en una cosa. Pensaba escribir una novela contra el islamismo, la tenía incluso desarrollada, pero se me han quitado las ganas.

Se estableció en España, pero volvió a Alemania

Desde 1975 hasta julio de 2004 viví en España. Me trasladé a Munich en 2004 para poder escribir la «Trilogía Romana». Aquí las investigaciones me resultaban gratuitas. La biblioteca estatal de Munich es de las mejores del mundo, quizás la mejor en su género, la historia. Poco a poco carece de sentido que siga en Alemania. Lo cierto es que mi período de adaptación para ambos países oscila entre los tres y los cinco minutos. En seguida me siento en casa.

¿No se ve viviendo en Andalucía?

Por supuesto que sí. En los años que pasé en Andalucía me sentí por primera vez en casa.

¿Qué es lo que menos le gusta de la España actual?

Lo que menos me gusta de España es el ruido, al que le tengo una alergia neurótica.

Fue intérprete del presidente de la RDA, ¿cómo es el poder de cerca?

Nauseabundo.

Usted ha escrito una extraordinaria serie de novelas sobre la antigüedad, ¿por qué anunció de pronto que se desvincularía de la novela histórica?

Íntimos amigos me dijeron en repetidas ocasiones que no escribiera novelas de género. Y tenían razón. De repente me di cuenta de que me encontraba metido en un mundillo que no era el mío. Me explico, existe el prejuicio en nuestro país de que la novela histórica es aburrida, y eso lo sufrí con la novela sobre Séneca. De la trilogía fue la que peor acogida tuvo entre el gran público, que no entre el público erudito. Imagino que los amantes de la buena literatura ni siquiera manosearon mi libro, y los aficionados a las bazofias históricas tuvieron que considerarlo muy aburrido. Curiosamente cuando se vende la trilogía en países de población culta el primer libro que publican es el del Séneca. Decía Blasco Ibáñez que escribir novela histórica no merece en absoluto la pena, pues el esfuerzo de investigación no está a la altura del éxito.

El colmo sería que el episodio de su intento de asesinato, le hiciera cambiar la novela histórica por la novela negra...

No, eso no ocurrirá, pero al principio me dije: de nuevo algo que no puedo utilizar en mis novelas; y sin embargo, creo que cuando este asunto se haya aclarado escribiré una novela sobre esto, no como novela negra, sino como análisis sociológico.

Como autor de la novela «Hytapia», ¿vio algo en la película de Amenábar que le resultara familiar?

Tan pronto como la anunció supe que me había plagiado la idea y que no había tenido la decencia de citarme. En cierta ocasión recibí la llamada de una amable señorita que me dijo que quería escribir sobre Hypatia y como en estas cosas jamás he sido ni egoísta ni desconfiado le expliqué detalladamente cómo se podía plagiar mi obra. Decía Voltaire que en la literatura el plagio se justifica si va seguido de asesinato. Pero la producción de Amenábar es lamentable. Traté de ver la película en Alemania y salí corriendo del cine a la media hora. De todas formas, le tengo que dar las gracias, ya que mi libro se está vendiendo de maravilla.