domingo, 6 de febrero de 2011

El mamoneo nacional


Cualquiera que no haya sido idiotizado irremisiblemente por Disney sabe que la naturaleza excita en sus criaturas una competitividad violenta y escasamente socialdemócrata por mor de la mera supervivencia. Algunos mamíferos, por ejemplo, entablan al poco de nacer una pugna fratricida por alcanzar la teta de su madre, y la cría menos agresiva acaba muriendo de inanición ante la indiferencia eugenésica de quien la parió. Angela Merkel le evoca a uno la imagen de una nodriza teutona muy considerada que trata de que su camada de países deficitarios mame con un cierto orden. A la nutricia Alemania corresponde garantizar la lactancia de los Estados desprovistos de competitividad, y España es un lactante desnutrido porque es incapaz de competir con sus hermanos europeos. Lo ha resumido muy bien Arturo Fernández –el empresario, no el actor– al decir que “la productividad es un tema más alemán que español”. Que viene a ser como decir que la higiene es una cosa como más del norte y que aquí vale con frotarse las zurraspas una vez a la semana.

Como cualquier madre, Merkel, a cambio de dar el pecho o garantía de rescate, exige docilidad. En su viaje a España se ha encontrado a un Zapatero de una docilidad ovina, pero a las ovejas, además de darles de mamar, hay que protegerlas de los lobos, que son los mercados al decir de la prensa de progreso, que no se rige por el beneficio sino por el ideal, como desde luego acredita el cúmulo alegre de sus deudas. El caso es que la maniobra materna ha surtido efecto, porque parece que los inversores mantienen sus manzanas en el cesto, de momento, aunque siempre sea el cesto de unos pocos. Y cada uno en su papel: Botín aplaude y los sindicatos rezongan, aunque no demasiado que para eso tienen sellados los labios con su mamandurria personal.

Mientras Rajoy rebusca entre sus papeles y Zapatero remeda la condición de polaco al son invasivo de Wagner, los parados siguen languideciendo, los virreyes siguen endeudándonos y los mamones siguen mamando.

(La Gaceta)