CANCIÓN
PRESENTACIÓN DE MARÍA OSTIZ
EN EL TEATRO SALAMANCA
PRESENTACIÓN DE MARÍA OSTIZ
EN EL TEATRO SALAMANCA
Abc, 20 de Mayo de 1982
Ignacio Ruiz Quintano
La cuadrilla de catecúmenos -como fuimos de gorra, no vamos a decir paganos- que asistimos en la salud y en la enfermedad, en la luz y en el apagón la noche del miércoles al teatro Salamanca para escuchar los motetes de María Ostiz, teníamos que haber llevado carracas, esquilas y ciriales como reclamo de señoritas postulantas y una hucha para el Domund, o un tablero de dominó y haber jugado una blanca doble en los sosiegos eventuales del espíritu. Porque después de tanta jaculatoria y reflexión desde la fe, al final de la función, todos pudimos irnos del claustro en paz. De haber estado allí Diderot, el hombre hubiera acabado también llorando, lo mismo que le ocurrió al escribir "La religiosa", sólo por lo triste de la historia que a sí mismo se contaba...
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*Después de la de Pedro Ruiz, ésta fue la crítica que más sofocos de juventud me trajo: la artista no entendía que "no la hubieran entendido" en el periódico que a ella le importaba. Y dio palique.
La cuadrilla de catecúmenos -como fuimos de gorra, no vamos a decir paganos- que asistimos en la salud y en la enfermedad, en la luz y en el apagón la noche del miércoles al teatro Salamanca para escuchar los motetes de María Ostiz, teníamos que haber llevado carracas, esquilas y ciriales como reclamo de señoritas postulantas y una hucha para el Domund, o un tablero de dominó y haber jugado una blanca doble en los sosiegos eventuales del espíritu. Porque después de tanta jaculatoria y reflexión desde la fe, al final de la función, todos pudimos irnos del claustro en paz. De haber estado allí Diderot, el hombre hubiera acabado también llorando, lo mismo que le ocurrió al escribir "La religiosa", sólo por lo triste de la historia que a sí mismo se contaba...
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*Después de la de Pedro Ruiz, ésta fue la crítica que más sofocos de juventud me trajo: la artista no entendía que "no la hubieran entendido" en el periódico que a ella le importaba. Y dio palique.