miércoles, 6 de octubre de 2010

El mejor futbolista boliviano


Francisco Javier Gómez Izquierdo

Ayer lunes por la noche, cuando Verza -un jugador que podía haber sido "importante"- marcó el 0-1 de penalty en el Nuevo Zorrilla, pude ver al que fuera gran capitán de Benito Floro en el "Queso Mecánico", Catali, saltando de alegría en el banquillo albaceteño. Calderón estaba sancionado y el gran Catali,que es su segundo, volvía a sentir la alegría de "oler a pasto" - como dicen en Suramérica- de nuevo.

Me vino la imagen de Benito Floro y luego la de Zalazar, un zurdo exquisito; la de Gabelo Conejo, un portero de Costa Rica... y por último la de "el Diablo" Etxeberry, con su melena de delincuente y su cara de niño asustado. Etxeberry tenía los ojos muy abiertos, como si lo estuvieras sorprendiendo en fuera de juego. Me contaron gentes de Albacete que cuando llegó a la ciudad se admiraba de la cantidad de tartas y pasteles que se podían comprar. Por supuesto, las compraba... Benito Floro quiso llevarlo al Real Madrid, pero una inoportuna lesión, creo que jugando en Colo-Colo, se lo impidió. Me consta que Etxeberry era en Bolivia lo que el Mágico González en El Salvador. Posiblemente el mejor jugador nacional de todos los tiempos, pero mira por dónde, el día que Catalí volvió a aparecer en televisión una nueva estrella futbolística alumbró el firmamento boliviano. Es éste, jugador capaz de reformar el Reglamento sobre la marcha. Sin que intervenga el árbitro. Si el rival hace falta, "patá en los güebos", y al acabar el partido que la policía se lo lleve detenido. Y lo dicho, el referée, a callar y mucho ojito. Menos mal que la falta no se la hizo De Jong...

Quiero hacer constar que el nuevo 10 de Bolivia, además de futbolista, hace de presidente de su país con el mismo acierto y determinación que gasta jugando al fútbol.