A Manuel Jesús El Cid
...toda la plaza, más en pie de lo en pie que la había puesto Caracho, gritó convulsa, y entre todos los gritos, el grito de una mujer se quedó abierto, viéndose que no podía cerrarse... Otro grupo de toreros había cogido a Cairel y lo llevaba hacia la enfermería...
...los toros siempre son tuertos de un cuerno, y lo que hay que saber pronto es de cuál son tuertos...
...los capotes irritantes que le arrojaban los peones como se arroja un trapo a las serpientes para que muerdan y se queden desdentadas...
De El torero Caracho, de Ramón Gómez de la Serna