EL TORERO
Por Tomás Rodríguez Rubí
Madrid, 1843
[...] Así como los toros tienen cuatro pezuñas y cuatro orejas, como dice el vulgo, y sin embargo de esta aparente semejanza están debidamente clasificados por los inteligentes, asimismo los toreros, a pesar de que todos son hombres y gastan chorrera y monteriya y capote y otras zarandajas, deben entrar a clasificación, porque todo en los tiempos que corren se clasifica, aunque no se purifica. Como hay unos toreros que sólo tienen pies, otros que carecen de ellos, pero que poseen bastante cabeza, muchos que ni pies ni cabeza y pocos que reúnen a la vez cabeza, corazón y pies, es decir inteligencia, valor y ligereza, forzoso será dividirlos en cuatro clases, especies o secciones, para mayor claridad, y denominaremos, a los de la primera, toreros bravucones; a los de la segunda, de sentío; a los de la tercera, abantos; y por último, a los de la cuarta, de buen trapío [...]
EL TORERO BRAVUCÓN
Este diestro suele ser bastante torpe, pero lo disimula todo lo posible: tiene una fortuna escandalosa que le hace quedar bien en todas las ocasiones, y al dotarle la madre naturaleza de buena figura, donaire y arrogancia, le ha inspirado un si es no es de asco a la diadema cornumental, que el buen hombre se pirra cuando la ve viajar hacia él[...]
Este torero es el que mueve más ruido entre sus compañeros: es el más disputador y siempre su feliz ingenio le proporciona buenas salidas cuando le dan a entender que tal o cual cosa no la ejecutó con el lucimiento que debía. Raras veces deja de acompañar a los grandes y caballeros a las corridas particulares de novillos que celebran[...]
También suele este torero en algunas ocasiones llevar levita, sombrero de copa alta, y pantalón con trabillas; pero raras veces guantes. Por lo demás es un hombre completo; procura hacer sus huesos todo lo viejos posible, siente de corazón cualquiera desgracia de sus compañeros, a nadie tiene envidia y es, en fin, el reverso de la medalla de ...
...EL TORERO DE SENTÍO
El torero de sentío es el fiscal más severo que tiene el torero bravucón. Es un egoistón de marca, algo gordo y pesado: de suerte infeliz, buena cabeza, malos pies y entrañas atravesás. No puede llevar con paciencia la desmedida fortuna del bravucón ni la agilidad con que salva sus torpezas, ni los aplausos del público cuando se dirigen a algún compañero, ni mucho menos las chiflas cuando se dirigen a él. Procura trastear y trastea con bastante inteligencia; pero como su inteligencia carece de solidez porque le falta una de las bases más esenciales, es decir, los pies; y como el toro no entiende de retóricas, y si es revoltoso en enfilando el bulto no lo deja, por eso muy a menudo la inteligencia da en la arena cada batacazo que canta el gallo de la Pasión, sin que le quede al pobre diestro el triste consuelo de haber escitado (sic) ninguna clase de interés en los espectadores. [...]
EL TORERO ABANTO
Este diestro no es diestro: es el sota-torero, el repartidor de un periódico de literatura. La misma importancia artística tiene aquél que éste en la dirección, compilación y elaboración de los artículos de alta misión en una redacción. Pero es el torero feliz: es el que logra ver su cabello encanecido sin ningún contratiempo tauromáquico: es la crónica ambulante donde se encuentra la noticia de todos los acontecimientos de la plaza, es el que nunca pisa los medios sino cuando está el toro enganchado, y para cubrir con una espuerta la sangre derramada por las víctimas: reparte banderillas por fuera con mucha precaución si la fiera está bastante lejos, y si está encima, lo hace con estraordinario (sic) arrojo por dentro de la barrera.[...]
EL TORERO DE BUEN TRAPÍO
Éste es el bello ideal de todos los diestros: el Minuto y Jordan de los peones y banderilleros, el Hormigo y Charpa de los picadores; y de los espadas el Miranda de los buenos tiempos y el Montes de siempre. Y ya que hemos nombrado a Montes, porque es forzoso hacerlo tratándose de buenos lidiadores, a Montes con el mayor placer dedicaremos esta parte de nuestro pobre artículo, porque en el Zeñon Paquiro encontramos reunidas todas las cualidades del gran diestro y todas las prendas que constituyen a el más cumplido caballero. Miradle siempre ejecutar las suertes más difíciles con limpieza, seguridad, y lucimiento, liarse con la fiera, arrancarle la divisa, y retirarse paso a paso con el vicho [sic]a la espalda, que más que toro bravo parece un manso cordero domesticado por él. Vedle sereno, con los pies sentados a la cabeza de la res pasarla y repasarla con pulso y conocimiento o bien desplegar su capote y mostrarse digno sucesor de Costillares, Pepe (Hillo) Cándido y Romero. Si queréis encontrar a Montes, buscadlo en el peligro. [...]
Por Tomás Rodríguez Rubí
Madrid, 1843
[...] Así como los toros tienen cuatro pezuñas y cuatro orejas, como dice el vulgo, y sin embargo de esta aparente semejanza están debidamente clasificados por los inteligentes, asimismo los toreros, a pesar de que todos son hombres y gastan chorrera y monteriya y capote y otras zarandajas, deben entrar a clasificación, porque todo en los tiempos que corren se clasifica, aunque no se purifica. Como hay unos toreros que sólo tienen pies, otros que carecen de ellos, pero que poseen bastante cabeza, muchos que ni pies ni cabeza y pocos que reúnen a la vez cabeza, corazón y pies, es decir inteligencia, valor y ligereza, forzoso será dividirlos en cuatro clases, especies o secciones, para mayor claridad, y denominaremos, a los de la primera, toreros bravucones; a los de la segunda, de sentío; a los de la tercera, abantos; y por último, a los de la cuarta, de buen trapío [...]
EL TORERO BRAVUCÓN
Este diestro suele ser bastante torpe, pero lo disimula todo lo posible: tiene una fortuna escandalosa que le hace quedar bien en todas las ocasiones, y al dotarle la madre naturaleza de buena figura, donaire y arrogancia, le ha inspirado un si es no es de asco a la diadema cornumental, que el buen hombre se pirra cuando la ve viajar hacia él[...]
Este torero es el que mueve más ruido entre sus compañeros: es el más disputador y siempre su feliz ingenio le proporciona buenas salidas cuando le dan a entender que tal o cual cosa no la ejecutó con el lucimiento que debía. Raras veces deja de acompañar a los grandes y caballeros a las corridas particulares de novillos que celebran[...]
También suele este torero en algunas ocasiones llevar levita, sombrero de copa alta, y pantalón con trabillas; pero raras veces guantes. Por lo demás es un hombre completo; procura hacer sus huesos todo lo viejos posible, siente de corazón cualquiera desgracia de sus compañeros, a nadie tiene envidia y es, en fin, el reverso de la medalla de ...
...EL TORERO DE SENTÍO
El torero de sentío es el fiscal más severo que tiene el torero bravucón. Es un egoistón de marca, algo gordo y pesado: de suerte infeliz, buena cabeza, malos pies y entrañas atravesás. No puede llevar con paciencia la desmedida fortuna del bravucón ni la agilidad con que salva sus torpezas, ni los aplausos del público cuando se dirigen a algún compañero, ni mucho menos las chiflas cuando se dirigen a él. Procura trastear y trastea con bastante inteligencia; pero como su inteligencia carece de solidez porque le falta una de las bases más esenciales, es decir, los pies; y como el toro no entiende de retóricas, y si es revoltoso en enfilando el bulto no lo deja, por eso muy a menudo la inteligencia da en la arena cada batacazo que canta el gallo de la Pasión, sin que le quede al pobre diestro el triste consuelo de haber escitado (sic) ninguna clase de interés en los espectadores. [...]
EL TORERO ABANTO
Este diestro no es diestro: es el sota-torero, el repartidor de un periódico de literatura. La misma importancia artística tiene aquél que éste en la dirección, compilación y elaboración de los artículos de alta misión en una redacción. Pero es el torero feliz: es el que logra ver su cabello encanecido sin ningún contratiempo tauromáquico: es la crónica ambulante donde se encuentra la noticia de todos los acontecimientos de la plaza, es el que nunca pisa los medios sino cuando está el toro enganchado, y para cubrir con una espuerta la sangre derramada por las víctimas: reparte banderillas por fuera con mucha precaución si la fiera está bastante lejos, y si está encima, lo hace con estraordinario (sic) arrojo por dentro de la barrera.[...]
EL TORERO DE BUEN TRAPÍO
Éste es el bello ideal de todos los diestros: el Minuto y Jordan de los peones y banderilleros, el Hormigo y Charpa de los picadores; y de los espadas el Miranda de los buenos tiempos y el Montes de siempre. Y ya que hemos nombrado a Montes, porque es forzoso hacerlo tratándose de buenos lidiadores, a Montes con el mayor placer dedicaremos esta parte de nuestro pobre artículo, porque en el Zeñon Paquiro encontramos reunidas todas las cualidades del gran diestro y todas las prendas que constituyen a el más cumplido caballero. Miradle siempre ejecutar las suertes más difíciles con limpieza, seguridad, y lucimiento, liarse con la fiera, arrancarle la divisa, y retirarse paso a paso con el vicho [sic]a la espalda, que más que toro bravo parece un manso cordero domesticado por él. Vedle sereno, con los pies sentados a la cabeza de la res pasarla y repasarla con pulso y conocimiento o bien desplegar su capote y mostrarse digno sucesor de Costillares, Pepe (Hillo) Cándido y Romero. Si queréis encontrar a Montes, buscadlo en el peligro. [...]