sábado, 25 de febrero de 2023

Glotonerías legislativas VI


 

Jorge S De Castro

El Único Paraíso Es El Fiscal 

A los amigos que esperan una revolución y aún no han leído mi anterior artículo siempre les contestó de la misma forma: ¿otra?

Ellos anhelan una revolución popular para hacer frente a la revolución estatal, pero se resisten a ver que el único actor político que queda es el Estado y que éste, periódicamente, revuelve la sociedad para aumentar su Poder fragmentando aún más cualquier organización intermedia (familia, empresas...)

El procedimiento que utiliza para lograrlo en regímenes de competencia electoral es el "juego del gallina" (gana el suicida, pierde el prudente) del que tanto me he ocupado en el blog.

La ley “trans”, la ley de “sólo sí es sí”, la ley de “bienestar animal”, ¿qué son sino una revolución desde arriba con el objeto de provocar una contienda civil de las “víctimas woke” contra el resto, que ni el mejor profesional de la insurrección pudo ni siquiera proyectar?

No obstante, a toda revolución le llega su Termidor, su fin, con independencia de lo que haga el pueblo.

Y a esta por la que transitamos le pasará exactamente igual.

Por tanto, el problema no es si terminará, sino cómo lo hará.



Analicemos las posibilidades de intervención popular en el desenlace de la rebelión del Estado.

Para ello, lo primero que debemos entender es que en las presentes circunstancias el único poder de un pueblo que asiste con asombro, pero con la palma de la mano extendida, al despliegue de una revuelta estatal es la reacción, la contrarrevolución.

Olvidémonos, pues, de cambio de régimen, de Cortes Constituyentes, de recuperar la libertad política…  

Ya comenté en el anterior artículo de la serie ("Glotonerías legislativas V") los motivos que convierten en una quimera el deseo de que el pueblo se alce, ni siquiera electoralmente, contra la mano que le da de comer.

Sin embargo, los ciudadanos sí retienen capacidades que les pueden permitir, sin necesidad de inmolarse, neutralizar la "robolución" de la oligarquía: acelerarla para anticipar Termidor, para adelantar su colapso.

En un artículo de mayo de 2015 titulado “Los Futuros Irresistibles” ya describía la situación que hoy vivimos, en la que concurre como clave de bóveda “la aquiescencia de las víctimas” a “un régimen de opinión pública favorable a la antropofagia”.

En el mismo post identificaba el problema que podría hacer fracasar la insurrección del Estado: las prisas de los políticos por culminarlo.

Es esta la causa por la que el PP de la Agenda 2030 solicita al PSOE una Gran Coalición no declarada con vistas a moderar el ritmo de la “estatalución” (efecto de la acción del Estado) porque determinados sectores de la oligarquía empiezan a entender que o se lentifica la demagogia o el plan descarrila.

Pues bien, si la revolución del Estado es inevitable y el único miedo de los políticos son los excesos que pueden terminar con la caída por el precipicio, la alternativa para el pueblo que quiere oponerse es sencilla: asistir al suicida.

A los ciudadanos sólo les queda reconocer al Estado soberano la libertad y el poder de suicidarse, pero también ostentan el derecho de facilitarle cuantos medios necesite para que su iniciativa tenga éxito despeñándose por el barranco de una vez por todas.

Es la manera menos mala de concluir la revolución con fines guerracivilistas que el Estado ha planteado al pueblo: que se cumplan los deseos estatales, esto es, que se consume su suicidio, que no tiene por qué ser el nuestro.

Mi propuesta no tiene nada de novedosa ya que fue esa estrategia la que impulsó el Gobierno Rajoy en 2017 para contrarrestar el “juego del gallina” de los independentistas catalanes, incentivando la fuga de las empresas de Cataluña para ayudar al suicidio del "pelotón chiflado" que dirigía la Generalitat.

En este artículo de octubre de aquel año lo expliqué.

Ahora, la forma de asistir al suicida la sirve en bandeja el propio Estado de Derecho con su legislación woke: unas derogaciones aceleradas serán suficientes para el triunfo de la reacción generadora.

Pero eso quedará para siguientes entregas.

twitter: @elunicparaiso