lunes, 27 de febrero de 2023

Tebas Prescriptor


Inspector Clouseau

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    La cafrería pamplonica aprovechó el minuto de silencio (padrenuestro de la nada) en El Sadar (el campo de mi infancia) por los terremotos de Siria y Turquía para gritar, y que se oyera: “¡Vinicius, hijo de p…!” Tras la vacación del Mundialito en Marruecos, estábamos de regreso en la Liga de Tebas, ese personaje que parece una parodia del inspector Clouseau en “La Pantera Rosa”, pues se pasa la vida investigando con un loro al hombro… sin resultado, y que el otro día, ante el mayor escándalo de la historia del fútbol español, hizo un video como de tik tok doméstico en el que salía, mal iluminado y peor vestido para la ocasión (parecía un secuestrado de la Baader-Meinhof que llevara un mes durmiendo en el maletero de un coche), farfullando incoherencias para dejar claro (lo único claro) que los actos infames de la denuncia están prescritos y que no se me amontonen y circulen, que el que no esté contento con el lerele que marche a la Premier.


    ¿Los cantos racistas del derbi? “Estamos investigando”. ¿El muñeco kuklusklanesco de Vinicius colgado en un puente? “Estamos investigando”. ¿El Escándalo Negreira? “Está prescrito”. ¡Tebas Prescriptor! Otra criatura fabulosa del almario (baúl de almas) cultural hispánico. Y todo ante el más ruidoso silencio de todos los clubs, comenzando por el Madrid y siguiendo por el Atlético, cuyo ceo publicó un bando a lo Andrés Torrejón porque a Ceballos no le sacaron una segunda amarilla en el Bernabéu.


    ¿Debe el Madrid disputar las competiciones nacionales? A mi entender, sólo como preparación para las competiciones internacionales. “La Internacional soy yo”, dijo en sede parlamentaria María Corral (la directora del Sofidú, no la futbolista gallega de Cariño). No tiene sentido malgastar energía en Pamplona para amenizar la Liga de Tebas a tres días de jugarte la Champions en Liverpool. El parchís español de los nacionalismos ayudaría en la repartija: la dirigencia nacionalista del Barça mira a España como al extranjero, con lo cual su necesidad de internacionalismo queda colmada con ganar la Liga de Tebas, cuya gallina de los huevos de oro son los Clásicos, con el Madrid de comparsa. Cuantos más Clásicos, más dinero. El resto de partidos no dan ni para el bocadillo como el que en Pamplona le lanzaron a Rodrygo; un bocadillo mordido, como el de Carpanta, versión pobre de la cabeza de cochinillo que en Barcelona le tiraron a Figo.


    La situación ha vuelto a poner de moda a Mourinho (ahora deseado, según los ingleses, por el PSG), con su mítico discurso de los “purqués”. La justicia italiana acabó con el rumboso “Calcio”. La justicia americana acabó con el mito Lance Armstrong. La justicia española “está investigando”. También Cánovas vuelve a estar de moda con su “es español el que no puede ser otra cosa”. A este paso, con los futbolistas españoles que viajan a Inglaterra a jugar un partido podría ocurrir lo mismo que con los músicos soviéticos cuando tras la caída del Muro viajaban a Occidente para dar un concierto: de Moscú salía una orquesta y regresaba un cuarteto. Mucho tiene que querer Vinicius al Madrid para no aprovechar el viaje a Liverpool para asilarse en la Premier. Y Endrick que vaya poniéndose videos del ambientazo español cantado por los Píndaros del Relato del Mejor Equipo de la Historia, esos que en lenguas cultas llaman “Ausencio” a Asensio, “Limitao” a Militao o “Ficticius” a Vinicius (entre ellos, una dama de acrisoladas virtudes que entrevista mucho a Butragueño), para consumo de piperos del chisme. Parece que fue ayer cuando Mourinho estableció en mayo del año 13 su programa de medios:


    –Continúo pensando que la prensa fuera del avión del equipo es correcto, que la prensa fuera del centro de entrenamiento es correcto, que la prensa no decida quién juega es correcto, que yo no ponga a jugar a vuestros niños queridos es correcto


    La presión mediática para la renovación de los españoles del Madrid alcanza tintes patrióticos: “Nacho siempre cumple”, “Ceballos quédate” y “Ancelotti no tira de la cantera”, combinado con un “Suena Raúl” a contrarrestar con un “Suena Arbeloa”, todo para mantener en alerta al piperío caviloso, cuyo espacio deportivo se ve también invadido por la propaganda de guerra en los periódicos que nacieron para contar y cantar los goles.


    Prescrito el Escándalo Negreira, la explicación científica de la superioridad moral del Barcelona sobre el Madrid que podemos ofrecer al piperío es la de las “Herejías” de Pompeyo Gener, que dan para un tik tok de Tebas:


    –Su altitud (la de Madrid), sus alrededores desprovistos de vegetación, su falta de presión atmosférica, hacen que el aire sea pobre en oxígeno, especialmente ozonizado. Así la raza decae.


 



CAMAVINGA


    Con la grande polvareda perdimos a Don Beltrane, que en Pamplona fue Camavinga, veinte años, jugando de “5” como un mariscal, aunque en el Sadar te luzca jugar así lo mismo que en San Fermín torear de verdad ante las gradas del sol, con los mozos de espaldas al ruedo. A Camavinga le hicieron una entrada para destobillarlo, aunque Guti se apresuró a aclarar que se trataba de un planchazo “sin maldad”. Pero Camavinga se incorporó y redondeó un partido que invita a cambiar de sistema para el futuro, haciendo pareja con Aureliano en el esternón de la formación.

[Lunes, 20 de Febrero]