jueves, 22 de abril de 2021

Resiliencia o jipijapa

Miguel de Molina


 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Un consejo tribal, los jefes de las diecisiete tribus hispánicas y sus hechiceros (“expertos sanitarios”, para el vulgo), tendrá, por consenso cojonudista, la llave de nuestros derechos constitucionales. Es lo malo de las cartas otorgadas, como la del 78, que, con la misma mano que te lo da, te lo quita.


    El sanchismo no es absceso, sino espuma de un Régimen que sólo se entiende leyendo no “El Federalista”, sino “El Buscón”. Sánchez va de jumento resuelto a ser un gran ruido en España, como Madariaga dijera de don Niceto, El Botas, según su traducción del americano “I am a great noise in Illinois”. ¿A qué suena el sanchismo?
    

El franquismo sonaba a coplas en el patio de vecinos (¡ay, ese patinillo de los Lindo!), o eso decía Serrat, que hacía llorar, pena, penita, pena, a Lola. Y el sanchismo, también: ves al ministro plenipotenciario Ábalos con sus mozos de baúles y te sale tararear el “Don Triquitraque” de Miguel de Molina: “Ay, que don Triquitraque / Traca que traca, traca que traca / Rejuntando parneses / Con su comercio de jipijapa”… ¿Qué es esa “resiliencia” que tanto anuncia Sánchez? Pues el “jipijapa” de Don Triquitraque. “Ay, que don Triquitraque / Ha traío canela y clavo / Azúcar cande y oro nativo / Los colmillitos de un elefante / Coquitos frescos y un moro vivo”…


    Pero los sonajeros del sanchismo son las Montero: María Jesús, horrísona cual campana extractora, e Irene, “la hueca y hosca cigarra”, en verso suelto de Martí, que “grazna, llamando al otoño”, en el eterno mediodía de España.


    Nada me aterra tanto como ese par de voces, y creo entender, al fin, a aquel amigo alemán de Santayana a quien el temor al ruido no le dejaba dormir por miedo a que alguno lo despertara.


    –Solía bajar corriendo más de una vez, después de estar metido en su cama, para cerciorarse de que había cerrado el piano, porque de lo contrario podía entrar un ladrón y despertarlo al sentarse a tocarlo.
   

 Es lo que hice yo, tirando en un contenedor la radio y el televisor.

[Jueves, 15 de Abril]