jueves, 4 de junio de 2015

Maestros de instrucción pública


 Gato y gaviota en el malecón de Cádiz

Francisco Javier Gómez Izquierdo

El gremio de profesores de primaria y secundaria en Andalucía cuenta con un sindicato que se dice a sí mismo  asambleario, reivindicativo, participativo y sobre todo de izquierdas. Muchos de los 22.000 maestros interinos, quiere decirse sin aprobar oposición, se pasan de las imprescindibles ugeté y comisiones obreras, gestoras de la contratación, a esta falange intimidatoria no por  mejorar la educación de sus alumnos, sino por parapetar su soldada a base de trienios. La organización se llama USTEA y de ella contamos que había convencido a la delegada de Educación en Córdoba, Manuela Gómez, a prohibir la visita del obispo a los colegios por ser monseñor sospechoso de corromper la débil mentalidad de los escolares. El frente reivindicativo ya consiguió sumar méritos y capacidades a los interinos para que aprobaran la oposición, incapaces de hacerlo en igualdad de condiciones al resto de aspirantes. Es Magisterio, no Bioquímica.

      Los delegados de USTEA son insensatos con los alumnos, coleguitas de las Ampas y aulladores, que no mordedores, contra la Consejería. Allí donde consiguen representación, tristemente en aumento, suelen liberarse, que es situación que significa que no tienen que ir a trabajar parcial o totalmente. Dos de los liberados a tiempo completo por este sindicato son los dos jefes de Podemos en Cádiz, de los que un servidor no sabe en qué pueblo tienen su plaza de profes y si es correcto vivir a muchos kilómetros de un trabajo al que no se acude y por el que se cobra religiosamente.
     
Personalmente creo que los padres de donde tienen la titularidad de la plaza han de estar agradecidos a estas prebendas administrativas, pero no me negarán que los principios éticos de doña Teresa y el Kichi son para cantarlos por carnaval.

No molesta el orgulloso pasar de gentes enganchadas a los presupuestos sin hincarla. Lo que desmoraliza es que sean el referente para el futuro y que a tipos y tipas mucho menos competentes aún que los podémicos de Cádiz entregaremos nuestros hijos para que los enseñen a ser ciudadanos libres... o algo parecido.