martes, 21 de octubre de 2014

Despidos

Forofos, pero no tontos

Francisco Javier Gómez Izquierdo

A Córdoba llegó un pluriempresario multidisciplinar al que no se le conoce la riqueza de sus industrias. Se aposentó en la finca del Nuevo Arcángel propiedad del Ayuntamiento y tras prometer gastar de su peculio, exigió al alcalde dinero municipal para el negocio del fútbol cordobés. Una jugada maestra, propia de la tradición de nuestros mejores héroes del siglo de Oro.

     Al a sí mismo llamado empresario, le sobran las trabas municipales y el respeto a los controles presupuestarios para autorizar nimiedades, pongamos una Ciudad Deportiva, como a esa sección de charlatanes de su gremio le sobran los funcionarios, a los que consideran costra de la Administración.

     En el fútbol se cuelan empresarios decentes y descarados aventureros en busca de fortuna  que no hacen ascos a todo aquello que los políticos puedan facilitarles. Los empresarios del fútbol suelen estar bajo sospecha, pues por lo general buscan donde saben que hay. Hércules y Zaragoza, un poner.

El supuesto empresario autoproclamado amo del Córdoba CF ha llegado a la ciudad en tiempos menesterosos, pero aún así ejerce como si el fútbol fuera suyo y Córdoba su sultana.

      El empresario del fútbol en general no comprende que en la Administración hay unos cuantos funcionarios que se sienten servidores públicos y que velan, o procuran hacerlo, por el interés de los ciudadanos. Funcionarios a los que se les llena de gatos la barriga cada vez que un Jefe de Negociado regala, enajena ó malgasta bienes que no son suyos. Funcionarios malmirados que soportan los “colocados” a dedo por funcionarios poderosos de los que gustan a los empresarios. 

¿Qué sería de España sin sus funcionarios? ¿Que sería del fútbol moderno sin Cruyff y Sacchi?
     El amo del Córdoba, además de pretender los dineros consistoriales, ha despedido a su funcionario particular, el Chapi Ferrer, cosa que no sorprende por tenerse como corriente en todas las latitudes.  Lo que no comprende el empresario “despedidor”, tras comprobar las deficientes y míseras contrataciones en defensa, media y delantera, es que está incapacitado para encontrar un nuevo Arrigo Sacchi o la reencarnación de Johan Cruyff.