jueves, 16 de febrero de 2012

"El Montes" (que no era el preso más antiguo de España)


Francisco Javier Gómez Izquierdo


Tenemos dicho aquí que de Derecho Penitenciario son muchos los que hablan, pocos los que lo conocen y legión los que lo desprecian. No se sabe si el señor Garzón abusó por ignorancia o maldad de las leyes de las cárceles, pero, como Juez, en los dos supuestos es culpable. Miguel Montes Neiro, hasta ayer preso y uno de los “talegueros” mas veteranos de España, siempre ha tenido claro que el primer mandamiento del encarcelado es buscar la libertad. Tan sencilla fe ni tiene maldad ni peca de ignorancia.

Las historias de presos son muy llamativas para la prensa y por lo general no se cuentan como son. Miguel Montes llevaba demasiado tiempo en la cárcel y algún juez se cebó con él, condenándolo prácticamente sin pruebas, pero, si en un permiso o estando en libertad condicional se comete un nuevo delito, lo procedente es que te juzguen y condenen por el nuevo delito.
Mi vecino, que lo conoció mucho, me dice que “el Montes” se buscó la ruina en Córdoba, en un atraco con secuestro mal juzgado y en el que no se demostró su participación.

-Condenado por convicción moral.

Rodríguez Menéndez, por entonces un azote de fiscales y jueces, lo dejó tirado y mandó una semana antes del juicio a una becaria para que lo defendiera. Entre delincuentes la culpa siempre es del muerto, y aquella abogadilla no entendía de triquiñuelas. Esos años pagados no los pudo superar y se “comió el tarro en el talego” hasta volverse paranoico. Miguel Montes se dió cuenta de que llevaba más de 35 años dependiendo de Instituciones Penitenciarias, pues no acababa su condicional cuando ya tenía otro marrón, le acusaban de delitos durante los permisos y era señalado, en más ocasiones de lo que aconseja la prudencia, de actividades poco recomendables dirigidas desde la cárcel.

Miguel Montes ha salido en libertad porque uno ó dos Juzgados han aceptado abonarle unos cientos de días que permaneció encarcelado, siendo luego absuelto del delito o delitos imputados. Estos abonos son un poco sorprendentes y nada frecuentes, según mi vecino, por una injustísima doctrina de difícil explicación para profanos y que es más o menos así:

A un cadáver le encuentran el teléfono de usted y el juez va y sospecha de usted y le mete preso..., pongamos seis meses. Se demuestra que usted no tiene nada que ver con la muerte del muerto y usted sale en libertad. Usted empieza a beber y a darle a la coca y a los tres meses le detienen con tres gramos. El juez le condena a un año y usted, que ha estado seis meses “por la cara” preso, pide que se los descuenta de la pena. El juez le dirá que no porque es ilegal. Si al contrario... A usted le detienen con diez gramos de cocaína y a los seis meses le dan la libertad provisional con o sin fianza hasta el juicio y en ese período acontece lo del teléfono del cadáver en el que usted no tiene nada que ver por lo que a los seis meses le eximen de responsabilidad, cuando le llegue la pena de los diez gramos usted podrá descontarse los seis meses que estuvo preso... En realidad todo tiene que ver con unas posterioridades del delito más mezquinas que injustas.

Miguel Montes Neiro no es el preso que lleva más tiempo en la cárcel. Le ganan muchos. Mi vecino conoce uno, que no es terrorista y que lleva desde el año 87 ú 88 sin salir ni un solo permiso. Tampoco es verdad que todo empezó por rebeldía al ejército. Dice mi vecino que Montes Neiro no ha conocido mas religión que el mundo del flamenco y sus noches de juerga. Camarón era un profeta con el que colegueaba mucho. La cabeza de oro que anda en el pecho de los gitanos dicen que la diseñó en arcilla “El Montes”, pero puede que también sea una leyenda, como casi todo lo que rodea a los “Kíes”.

¡Que disfrute y viva donde debe!