Valle de Esteban
Quédate, en lo que te sea posible, a solas contigo y con tu ironía, como David Hume, que, cuando se moría, ejemplar y lentamente, de cagalera, decía a sus amigos: "He disfrutado de un regalo de Dios: contemplar el mundo, entenderlo, amarlo y saber que, irremediablemente, se labraba sus propios desastres y sus propias victorias. Gracias a mis libros y a mis partidas de damas en la taberna, he sido fuerte para estar a un lado. Y como sé lo que ha de ocurrir mañana, no me importa morirme hoy".
Felipe Mellizo