sábado, 29 de marzo de 2014

Estanli



Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Todo lo que queda del “agit prop” desencadenado por la izquierda plural al hilo del ocio generalizado de que gozan España y su Generación Mejor Preparada de la Historia son sesenta y siete antidisturbios descalabrados y dos pintadas universitarias: “Revelate” y “Hitler, Estanli, Musolini, Franco, Mariano: elige”.

    ¿Estanli? Ése debe de ser Stalin dicho con la prosodia de un profesor de golf de El Rompido, Huelva.

    ¡Revelate con Estanli!

    Nuestra Universidad.

    Es la ortografía de la Revolución, que ya en su día llamó la atención de Camba y que sólo revela inocencia, como el pulso de Teddy Bautista cuando su detención.

    –Tiene el pulso de un inocente –dijo el marido de Ana Belén que había dicho la enfermera.

    No me escandaliza esa ortografía: no a todo el mundo le es dado presenciar una decadencia.
    
La ortografía, según mi ensayista, fue una superstición que sentían los castellanos y los parisinos de la Isla de Francia, donde Gide definió la homosexualidad como una falta de ortografía que ponía en femenino lo que debía ser masculino.

    Además, si los viejos pasan de ella en la mesa-bañera de la Academia, ¿por qué han de defenderla los jóvenes en la barricada de la Universidad?
    
En cuanto a lo de Estanli, ¿qué quieren que les diga? Que nunca se vean esos joveznos en la necesidad de protestar en una pared contra la “biología” de Lyssenko (que grafitearían “Tachenko”).

    Revel observó que en 1953, año de la muerte de Estanli, los manuales franceses de historia se convierten en estalinistas: consiguen relatar la segunda guerra mundial sin mencionar el pacto germano-soviético ni el reparto de Polonia entre Hitler… y Estanli, sin cuya intendencia “el cabo bohemio” no hubiera podido arrasar Europa.

    –No al libro di testo! –gritan en el 68 los sindicatos italianos de maestros.

    Que la escuela, había proclamado Mussolini en el 25, eduque a la juventud para hacerle comprender el clima histórico de la Revolución.

    Y en ello estamos.