-El viejo dicho sindicalista rezaba -o apostrofaba- de esta guisa: “Que se mueran los ricos y las mujeres de los pobres”. Como sonaba fuerte, y la canciller alemana, Angela Merkel, no es sindicalista sino plutócrata, ha decidido invertir los términos: que se mueran los pobres. Eso sí, sin distinción de sexo, que el machismo es cosa fea.
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