El farsante es Obama, el tipo que pidió perdón a los vieneses por no saber hablar el austríaco, y que ya se ha puesto a hacer frases huecas para explicar lo que los gitanos llaman los asuntos de Egipto. Hasta hace quince días, Mubarak no era un dictador, porque era su aliado, pero ahora... Mientras, como va de listo, en casa tampoco descansa: click y click.