"Un exorcismo es muy complicado, y, de momento, yo le digo a la familia del chico que frecuente la iglesia, porque yo no voy a ir a buscarlo; ha de venir él a mi terreno, ¿verdad?, para que yo pueda coger, por así decir, al conejo. Mientras, tengo que ver al toro desde la barrera, pero todavía no puedo decir que es un toro bravo, ¿me comprende?"... Es la exposición que el exorcista hace... "¿¡Ay, pero qué es lo que ha entrado en mi casa!?", dicen que se preguntaba, desgarrada, la madre del mozo, y que una vecina, sin pasmarse, respondía: "¡Satanás, hija mía, Satanás!"
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