lunes, 31 de enero de 2011

Mourinho ante el calvario


Francisco Javier Gómez Izquierdo

Los grandes entrenadores gozan de un quinquenio de gloria que avala toda su trayectoria futura, dándoles un prestigio que tiene reflejo en abultadas cuentas bancarias: Sacchi, Cruyff, Benítez, Ancelotti... y Mourinho.

El mayor valor de Mourinho radica en el manejo de la Psicología, la religión de los laicos, motivando a sus hombres como no lo hicieran Papas en antiguos siglos. Mourinho es muy listo y cuenta con la bendición de esas Biblias del madridismo que son el As y el Marca. Empezó la Liga alineando fieras hambrientas de triunfos y riñó a los “mingafrías” en público. Sorprendió para bien a la familia merengona, con sus ademanes de Sargento de Hierro, pero la fiereza en el fútbol... no es de fiar.

Lo que un presidente ha de pedir a un entrenador de fútbol es que maneje al grupo y saque lo mejor de cada individuo. El ideal parecía Mourinho, pero como la mayoría de los psicólogos, ha creído que la Psicología es él. Que lo que dice es palabra de General, y a quien se lo dice, un recluta en la Instrucción. A Van Gaal, el más grande y del que todos han copiado, le fallaban los métodos psicológicos cuando intentaba predicar conceptos futbolísticos con disciplina jesuítica. Rivaldo, Stoichkov ( ¡y tanto la prensa catalana como la madrileña!) nunca entendieron al holandés y abandonaron Barcelona dando paso a unos niños que hoy son campeones de todo.

Creo que tácticamente, el míster portugués ha aportado muy poco al mundo del fútbol; aún así he defendido al Mourinho “motivador”, creyendo que su antipatía era más pose que soberbia. Llevo veinte días rumiando que ha llegado a Madrid un tanto “quemado”, después de las exigencias en Inglaterra e Italia. Es cierto que Valdano es un “anticristo” con buenos modales que tiene Don Florentino enquistado, pero el juego del Real Madrid no se arregla con un nuevo 9. El juego del Real Madrid tampoco lo va arreglar ese brasileño en busca de Iglesia que hace la pelota al míster sin ningún pudor. El juego del Real Madrid ha de basarse también en Benzemá, Granero y Pedro León, tres semileprosos que purgan no se sabe qué penas.
Mourinho se parece cada vez más a Clemente y lo que empezó con gracia en la proa de una gabarra puede llegar a ser una obsesión.
Los conjurados ya tienen afiladas las dagas. Esperan a los idus de marzo. Como los caracoles, Valdano prefiere los de abril:

- Los de abril para mí / los de mayo para mi amo/ y los de junio para ninguno.