martes, 25 de enero de 2011

Martes, 25 de enero

HERENCIAS

-Alejandro no dejó heredero. Su esposa Roxana dio a luz un hijo póstumo al que se impuso el nombre paterno. Antes de su nacimiento, el ejército de Babilonia había ya entablado un violento combate por la sucesión del rey difunto. La lucha terminó con un pacto. Si el hijo que esperaba Roxana era varón, el hijo y un hermanastro de Alejandro, llamado Filipo Arrideo, hijo de una bailarina, compartirían el trono. Filipo, hombre ya de edad adulta, era epiléptico, débil de carácter e incapaz de gobernar un reino; la corona de Alejandro pasaba, según Wilamowitz, "a un idiota y a un niño que aún no había nacido".
GRECIA / CARL GRIMBERG

Ignacio Ruiz Quintano