-La única manera de mantener la fe en el progreso indefinido es llamar progreso al retroceso y eso explica que en la España de finales del XX y comienzos del XXI hayan intentado, en nombre del progresismo, retroceder a los tiempos de la Constitución de 1876 los “moderados” y a los de la de 1931 los “progresistas”. A la vista está la preeminencia en el concierto de las naciones de nuestro Estado demoliberal y socialdemócrata, aunque sea en el subgrupo de los PIGS (acrónimo intraducible). Nada que ver, como puede comprobarse, con ese Grandioso Relato que, en los años de la “cura de reposo del liberalismo”, se nos hizo creer a los españoles que era la Historia de nuestra patria...
En Viñamarina
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