domingo, 27 de abril de 2025

Feria del Aficionado. Mañana soleada de Barcial y Alicia Chico, y tarde soberana de Cuadri y Prieto de la Cal. Márquez & Moore

Prieto de la Cal


JOSÉ RAMÓN MÁQUEZ


Por cuarto año consecutivo acudimos a San Agustín del Guadalix, a la Feria del Aficionado, que se va consolidando de manera firme como el gran punto de encuentro internacional de aficionados que aprecian la corrida tomada en su conjunto más que como una pasarela Cibeles de matadores. A las puertas de Madrid y a las puertas del inicio de otra tediosa Feria de San Isidro, la simple propuesta de los de la Peña Tres Puyazos basada en ilusionar a los aficionados con las ganaderías y con la correcta ejecución del vilipendiado tercio de varas va concitando año tras año el interés de mayor número de aficionados, dispuestos a hacerse los kilómetros que haga falta para ver unos festejos basados en la búsqueda de la autenticidad.

I

Por la mañana, corrida de novillos en desafío ganadero entre las ganaderías de Barcial y de Alicia Chico, y ahí está puesta la miel en la boca de los que hace años que no tenemos ante nuestros ojos un toro de Barcial y los que nunca hemos visto un toro de Alicia Chico. Como quien dice Vega-Villar vs. Santacoloma, que así, a bote pronto, suena como un festín. Barcial trajo dos ejemplares, que a la postre resultaron tres cuando se descordó el número 69, Cidrón, que presentaron sus características señas, que serían a grandes rasgos sus capas berrendas, su tamaño, mayor que el de otras líneas de este encaste, su tipo algo más basto y sus cabezas más cornalonas, que son los signos que proclaman lo que en su sangre hay de origen ibarreño. Alicia Chico nos presentó dos ejemplares que proclamaban a voces su origen santacolomeño, de manera especial el segundo del encierro, Gobernador, número 57, que era una estampa sacada directamente de los corrales de la Plaza Vieja de Madrid.


Los encargados de vérselas con el encierro fueron Jesús de la Calzada y Miguel Andrades. El primero de la mañana, Jitano, número 70, de excelente presentación fue saludado con palmas a aprobación que cumplió en varas, acudiendo tres veces al cite de Aurelio Cruz. Nos hubiera gustado que el toro tuviese más poder que el que demostró ante la muleta, siempre retrasada, de Jesús de la Calzada, que acabó siendo revolcado por el novillo en medio de su trasteo de ahogadoras cercanías que nada convenían a las condiciones del Barcial. De nuevo se anunciaba Miguel Andrades en Tres Puyazos. Sorteó en primer lugar al que echaron y después le tocó el sobrero Cornicorto, número 74, que tampoco era un Hércules, pero que cumplió a más en la cosa equina. Luego Andrades puso banderillas y echó el rato con el novillo sin que su propuesta llegara a enamorar a la afición.


El primero de Alicia Chico, Tintado, número 61, perdió la credibilidad a causa de sus escasas fuerzas y esa circunstancia le marcó fatalmente, porque todo el mundo estaba deseando que se acabase su lidia. El segundo de los de Alicia Chico fue recibido de rodillas por el siempre animoso Andrades, que le condujo airosamente al caballo galleando por chicuelinas. Tras un buen par de banderillas y un prometedor inicio de rodillas rematado con un potente pase de pecho, la faena se fue diluyendo sin que volviese al tono de su inicio, dejándonos de nuevo la impresión de que Andrades necesita de un toro más fiero y más violento que este potable ejemplar de Alicia Chico.


II.


Por la tarde, desafío ganadero de Prieto de la Cal y Cuadri, que ha sido un festín para los golosos ojos de la afición. Los encargados de la lidia y muerte de los seis galanes fueron Luis Gerpe, Juan de Castilla y Cristóbal Reyes.


Tomás Prieto de la Cal se ha traído a San Agustín tres ejemplares de bos Taurus de quitar el hipo. Serios y cuajados, de impresionantes pechos y sobria seriedad. El primero, Felino, número 53, fue extraordinariamente picado en cuatro entradas al caballo por Gabin Rehabi. En el último tercio sacó su personalidad, sus dificultades, que eran muchas, y su casta para crearle a Luis Gerpe todos los problemas posibles. El toro fue despedido con una sincera ovación en el arrastre. El segundo de los de Prieto de la Cal fue Arrempuja, número 9, que se arrancó por cuatro veces al caballo de Helder Pires y no dio ni media facilidad en banderillas, donde Yelco Álvarez las pasó canutas en la brega. La imponente presencia del toro y sus dificultades se hicieron patentes en el último tercio, sin que Cristóbal Reyes le diese una lidia efectiva y mandona que le quebrantase.


El tercer Prieto de la Cal fue Hocicón, número 47, Juan de Castilla lo puso como segundo de su lote y se lidió en quinto lugar. De imponente presencia, el jabonero era un tío. Pasó discretamente por el tercio de varas, quedando bastante crudo. Nadie sabe qué le llevaría a Juan de Castilla a brindar el toro al público, pero cuando le puso la muleta y vio cómo se le arrencaba el toro y el sentido que desarrollaba se olvidó de su brindis y anduvo corriendo a merced del toro sin plantear un trasteo dominador y sin echar mano de las viejas normas que deben ser tenidas en cuenta para este tipo de toros. Entre acosos y tarascadas se pasó el rato hasta que el colombiano decidió usar de aquella manera los aceros.


Fernando Cuadri se trajo a Madrid a sus pupilos, serios, cuajados, hondos y badanudos. El más bajo de agujas y de fuerzas fue el primero, Vencedor, número 25, que se arrancó al caballo por tres veces. Iván García le clavó banderillas con torería y Juan de Castilla armó una faena en la que puso de relieve la claridad de ideas que no tendría en su segundo. Vio bien las condiciones de la embestida del toro y la aprovechó, especialmente en una firme serie al natural.


Luis Gerpe sorteó a Intermediario, número 22, un tío que acudió por tres veces al caballo y con el que se lució la cuadrilla en banderillas, con un Joao Pedro magistral en la brega y con Manuel Gómez y Francisco Javier Tornay torerísimos con los palos. La cosa de la muleta ya fue otra cosa, a mi juicio porque Gerpe estropeó con su muleta todo lo excelente que Joao Pedro le había hecho al toro. El Cuadri sacó su personalidad a medida que se dio cuenta de que el amo era él y se llevó por delante al matador rompiéndole la camisa con el pitón. El toro imponía muchísimo respeto. Había que estar ahí.


Cristóbal Reyes se las vio con Bronceado, número 45, que fue el magnífico broche que cerró esta espléndida tarde de toros, un serio toro de impecable presentación que se arrancó al caballo de Javier Ortiz por cuatro ocasiones con casta y alegría, con el que lució su torería Víctor Pérez con los palos y que se quedó inédito en la muleta de su matador, que no supo o no pudo aprovechar la humillada embestida del Cuadri, pero que, sorprendentemente, lució su clase en unos naturales cuando ya la faena y la corrida tocaban a su fin.

 

Al término de la corrida la megafonía anunció que se premiaba a los banderillas Joao Pedro y Víctor Pérez y a los picadores Javier Ortiz y Gabin Rehabi por su destacada labor en la corrida.



Cuadri


ANDREW MOORE 

















FIN