lunes, 29 de abril de 2024

"Rope-a-dope" blanco en Manchester



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


La cuestión según las ranas del Relato antimadridista: “Y si el Atlético hiciera un planteamiento como el de Ancelotti en Manchester ¿qué diríamos de Simeone?” La respuesta es: nada. Porque el Atlético hubiera perdido. Todo el mundo ha oído hablar de la máxima maquiavélica atribuida a los jesuitas: “El fin justifica los medios”. Pero muy pocos la completan como lo hizo Maquiavelo: “El fin justifica los medios… si ganas”. Si pierdes, pues, eres Simeone, pero si ganas eres Ancelotti, un tipo inexplicable. Todos los personajes que salen en su biografía coinciden: “Carletto es inexplicable”.


I whis he would explain his explanation –fue la dedicatoria que Byron hizo de su “Don Juan” a Coleridge.


Es decir: “Ojalá me explicara su explicación”. Ese “ojalá” que Ancelotti, al tirar de la ceja hacia arriba, deja en “joalá!”. Ahí es nada, aguantar ciento veinte minutos al City en el Ethihad sin recibir más que un gol, y no de jugada, sino de rebote. Contra Haaland, que es un Morata pasado por los “kenningar de la poesía escáldica que volvía loco a Borges. Contra Grealish, que es una Karen con gemelos de sátiro, y que no pasó de bailar algunos “agarraos” con un cuñado de Leganés como Carvajal. Contra Rodrigo, a quien Lillo le ha dicho que es el mejor del mundo y él se lo ha creído, hasta el punto de no saber reprimir al zoquete que lleva dentro cuando dice que él sólo vio a un equipo en el campo, y fue el que perdió. (Rodrigo viene de la cultura atlética, y se nota, pues como tiene dicho Joao Félix, es una cultura que se reduce a pensar en el Real Madrid). Contra Pep, a quien alguien podría decirle que a su edad no se puede ir vestido de Narciso oscuro lanzando lapitos de llama andina por la banda, porque se revuelve el estómago a la hora de la cena. Sin Courtois, sin Militao, sin Aureliano (el “pasillo de seguridad”, que decía el Sabio de Hortaleza). Y sin Cubarsí, el Pepito Arriola (el niño prodigio, primo de Hildegart, la niña prodigio) de La Masía, cruce de Beckembauer y Baresi para la prensa y para el seleccionador del Combinado Autonómico, ese ministerio de Asuntos Extranjeros del Barcelona.


Qué manera más cojonuda de perder –desafió al final de la eliminatoria Guardiola.


El Real Madrid no tiene sentido –tuiteó al mismo tiempo Militao.


Militao resume la filosofía de la historia del Real Madrid, y Guardiola resume la fenomenología del espíritu de su tiquitacón. “Qué gusto perder”, viene a decir, y los pelos se nos ponen como a Lillo. “Qué manera de palmar”, cantaba Sabina en el centenario del Atlético. El antimadridismo unido por el fatalismo.


El City de Sampedor murió de su propio estilo. Esto no lo verá Guardiola en Martí i Pol, sino en Montesquieu (¡y en Maquiavelo!): “Si el azar de una batalla, o sea, una causa particular, arruina un Estado, había una causa general que lo debía hacer perecer por una sola batalla”.


Se nos viene la Quince, pues cada vez que el Real Madrid se cruza con el campeón y lo elimina, gana la Champions. Es como la leyenda del bosquecillo de Nemi estudiada por Frazer, fundador de la antropología, en “La rama dorada”: el rey del bosquecillo tenía que dar muerte a su predecesor, pero antes de matarlo debía arrancar la rama de cierto árbol que la opinión general de los antiguos identificaba con la rama dorada de Virgilio, que aquí es la vara de avellano de don Santiago Bernabéu.


Como es natural, el Clásico con el City en Champions se ha comido al Clásico con el Barcelona en la Ligueta española, y fiferos, ueferos y superligueros andarán echando cuentas para repetir el espectáculo varias veces al año. Son los dos pesos pesados del fútbol, y un amigo comparó el partido del miércoles en el Ethihad con el mítico “The Rumble in the Jungle” del 74 con Clay y Foreman en Kinsasha (“Alí bumayé”), donde Clay presentó al mundo su “Rope-a-dope”, expresión que en el inocente lenguaje de la Wiki da nombre a una estrategia de pelea en la que “una de las partes se pone a propósito en lo que parece ser una posición perdedora, tratando con ello de convertirse en el vencedor final”, idea sugerida, según el entrenador Angelo Dundee, por el fotógrafo de boxeo George Kalinsky.



City-Real Madrid


El plan es hacer que el oponente “se noquee a sí mismo” y cometa errores que el boxeador que lo aplica puede utilizar en un contraataque.


En Manchester este “Rope-a-dope” dispuesto por Ancelotti hubiera sido perfecto de haber acertado Rudiger su remate en la prórroga, pero, como roto para un descosido, los penaltis sirvieron (¡Con Nacho, Lucas y Rudiger! ¿Cómo no recordar de la ruina de Mourinho ante el Bayern con Kaká, Cristiano y Ramos fallando sus lanzamientos en el Bernabéu?). En Kinsasha, Alí se recostó contra las cuerdas, cuya elasticidad absorbe la energía de los golpes: cuando Foreman se cansó de pegar a Alí, Alí respiró, contraatacó y noqueó a un hombre agotado. En Manchester, de cuerda hizo Camavinga, el madridista que más corrió. Si Ceferino quiere ser famoso como Don King, querrá proteger esta diversión mundial.


¿Ancelotti? Antes del partido lo pillé bostezando –ha dicho Bellhingam–. Lo miré y me dijo: “Sal al campo y enciéndeme”.


Su sucesor, Xabi Alonso, ha ganado de calle la Bundesliga, competición que tiene dos clubes en semifinales de Champions.


[Sábado, 20 de Abril]



Primera Copa de España
@realmadrid