martes, 31 de diciembre de 2019

Exteriores

 La vida de Brian
Comando suicida


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Antes de echarnos a la calle a correr la San Silvestre hemos de saber que nos vamos a pasar el nuevo año, y todos los años que nos queden por delante, trabajando para la gallina del Cambio Climático, cuyos huevos de oro van al cesto del Reich financiero de frau Merkel, de donde han salido al galope los únicos que podían, que son los ingleses, con los españoles gritando, que es lo nuestro, “no corráis, que es peor”.

    –El nuevo “stato” está aquí –decía el gran Médici, Cosme, que aspiraba a “tener a Dios por deudor”, agudeza demasiado ajena al panfilismo alemán.
    
En el XVIII, por culpa de la Ilustración que vindican nuestros verbalistas de bar, Europa se creía el centro de la Tierra. Este egocentrismo fue minado en el 35 por la asombrosa profecía de Tocqueville según la cual el futuro correspondía a Estados Unidos y Rusia, matizada en el 47 por Donoso Cortés en las Cortes:
    
Sólo tres naciones poseen hoy en día lo que merece ser calificado de política exterior: Inglaterra, Rusia y los Estados Unidos.
   
 Sin política exterior no hay Spexit que valga, y eso lo sabe Sánchez, que ha intentado reparar la carencia con su misión suicida (escena final de “La vida de Brian”) en Bolivia. “Deus escreve certo por linhas tortas”, y a lo mejor este gandumbas sólo estaría persiguiendo la unidad de España.
    
El conde Cavour se preparó a la conquista de la unidad italiana enviando cuatro mil hombres a Crimea –dijo en las Cortes un ministro canario de la Regencia.

    Sánchez ha enviado a Bolivia cuatro maderos de Torrente disfrazados de “Miami Vice”, y dependientes de dos ministros-jueces (¡jueces y juezas para la democracia!), que fueron repelidos a bolsazos por unas vecinas, lo cual nos da una idea de lo que hubiera sido la política exterior de la Conquista con Marlaska y Robles en los puestos de Cortés y Pizarro.
    
Para un Spexit se necesita la política exterior, no de los cubanos, sino de los ingleses… y su British Army, cuyo elogio profesional me hace siempre Poli Maza.